domingo, 2 de enero de 2011

Un poco de sombras y de flores

Las resombras de la tarde
endilgaron a los árboles
de inútiles cartas
para este juego de los nosotros humanos
dedicados a perder tanto
por tan poco de sangre.

Soy un barco extraviado.
Soy un sediento de manos.

Aunque abra la mágica puerta del oriente
aunque sea un peregrino sucio de este oxidente.

Aunque intente la redención
y siga con los harapos por los santuarios en ruinas,
las sombras mías son inútiles
y ansiaba despedirlas de mi círculo
solo por la exactitud del número
que ya no quiero.

Quiero una nueva sombra
que aproxime mi forma a la de las flores
que despiertan lejos de la primavera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario