viernes, 31 de diciembre de 2010

Hacia el aire

Algo se alza al cielo
hecho de los furibundos matices del color
incandesciendo el aire, atropellando dulcemente átomos
como en un abrazo prolongado de eras,
algo asciende
como una plegaria ingenua llena de amarillo
y el verde de la voz.

Algo asciende llevando las cintas
de todos nuestros nombres
los que ondearán entre las galaxias
que nunca se nos escapan
porque siempre tenemos los ojos
dulces de recién despertar.

Algo asciende en todo el espectro de alucinaciones
que podamos tener,
algo asciende
entre tu boca y la mía;
algo asciende
entre tu plegaria y mi sueño;
algo asciende
entre los seres y las vidas
que se enmarcan las siluetas
en la vigilia blanca
de sobrevivir los designios celestes.

Guerra

Hubo una vez una guerra
en donde en medio de la sangre
y el sonido incesante de los asesinos
se enmudecieron
porque nadie moría
y entonces
se quedaban en la inmensidad del cielo
con innecesarios objetos
más allá de sus tibios cuerpos hambrientos,
en el verde en todos sus matices
preguntándose
de qué servía
quemar los metales
pudiendo hacer hermosas coronas.

Nochedía

El simple placer de atarse
por el exceso de la desatadura
en el borde de la nochedía.

El simple exceso de lamentarse
por la escucha del hilo
amarrando lo que queda
en la nochedía del borde.

¡Ah, de las oscuras voces que antes nos complacían
para quedarse ahora en el gris de los nadas
y las simples posibilidades
que le damos a la muerte y a sus máscaras
para reír, sonoros, en el borde de todo
de todo lo que queremos tocar
y no nos atrevemos!

Calles

Las calles solo tienen un sentido
y no hay giros posibles
en las dos dimensiones
de las palabras que se repiten
inentendidas
por todo el gris opaco
que el sol no se atreve a tocar.

Salí a caminar por la calle que yo me sé
salí y encontré un cementerio de perros a cada lado
y una alquimia de forenses en círculos
que exorcizaban la llegada de un mesías
del que nada se sabía.

El sol no se atreve en las gabardinas negras
aunque sus rayos se le rebelen
el sol no mira y se pone sus gafas
de deuterio incandescente
obviando las asperezas de lo oscuro
que le repugna el simiente.

La calle que yo me sabía la perdí en una página cualquiera
del libro de arena que nunca acabé
por la magnánima empresa que un solo hombre no;
algo cambió en el trazado del cielo
algo me amarró las cosas amadas
y las llevó al rincón sucio
y ahí las escondieron,
pensando que yo no...

Y entonces empecé a correr alzando los brazos
como un ave,
entonces grité
entonces empecé
no sé si mañana o pasado
pero empecé
la revolución sensible
que pretende lo que la electricidad nos quitó.

martes, 28 de diciembre de 2010

El encanto y el espejo

I
El día se acercó y tomó con su mano
el asalto del ojo, la vivisección
del cuerpo en fuga
entre las cavernas de telas
que nada podían ocultar ya.

El día magnánimo
apretó ese medio mundo
ese medio instante
y alguien se ahogó en su sangre
atravesado por las ramas
que el sol había dorado.



II
Julián alzó su mano al techo
como en cada despertar
y los ángulos se rectificaron
y el orden regresó
humeante y solaz
por el pasillo donde el futuro
se hallaba escrito con una tiza irregular.

Ese día exacto
en que se miró al espejo
y el espejo se quebró,
Julián quedó cayendo
por cada trozo de vidrio
que quemaba el lugar
e intentó el refugio
en la tela de la fragilidad.

Nadie barrería esos trozos
que nunca más se dejarían atrapar.


III
La salida y la capa atascada en la puerta
hasta que tuvo que despedazarse
para que el día trajera la lluvia sin nubes
que corría a los lados de la calle.

"De los grises los rojos
y de los rojos los verdes"
clamó un cíclope en medio de la calle
parado sobre gente sangrante en el suelo.

Julián no alcanzaba a asimilar
la extensión y las líneas de la sangre
y los destrozos que encajaban perfectamente
como el decorado de ese sueño que una vez tuvo.

Sangre sobre el metal, sangre sobre el hormigón,
sangre sobre el plástico y brazos y piernas humillados por los árboles.


"rojo para el verde"
gritó el cíclope
en el extremo de la línea
que un brujo terminaba de dibujar
a los pies de Julián.


XIII
Los espejos
suelen ser frágiles;
si hallaras, oh Julián
aquello inquebrantable
no te mires ya,
porque no te encontrarás.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Canción para los días de la vida

La melodía ordenó el lugar;
desvió la luz, encendió un color
y me susurró un nombre
a tararear en la ventana que ondula
que se mece
en el vaivén de mi mirada.

Una melodía tomó el tiempo
y mis gestos
y mi ropa y mi amarillo
para endulzarse los oídos
con las imágenes blancas
que vibran secretamente
entre sus extremos de azúcar.

Una melodía me ató globos a la piel
y me elevó a la hora única
en que el rompecabezas se desarma
y armo un caleidoscopio
con los restos del día
quizás sí muy quizás.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Franjas de tiempo y espacio diluidas en cromo

I
Ya no teníamos copas
y solo teníamos agua.

Un gran pájaro azulado se quedó en donde una vez había una ventana.

El aire recordó la cortina de una vez
en que se sacudían los acordes de las voces
de una charla sin registros
de las mejores voces del mundo.

La mesa cayó bajo los años
y los relojes apilados sobre ella.

Las sillas perdieron el equilibrio
y solo nos quedan las posiciones extrañas
para contemplar la inexactitud de las esquinas.

¿Qué pasó en este tiempo, que fue lo que no oí?
Ya no puedo hablarte sin electricidad.

II
Las ropas las olvidó
y se fue así por el cromo de la calle
despertando las baldosas en las marcas de los pies.
Y podía ver entonces la sangre oculta de las cosas
¡Cuánta sangre!
¡Cuántos pies mezclándose sin sentido!
Se cruzaban, se chocaban,
en los vaivenes inciertos de ciegos
que decidieron olvidar las formas.
Y él no tenía ropa
y el que ahora veía.

III
No había hoja que resistiera su pluma;

quiso escribir un pájaro en el blanco
vacío y expectante. Y la palabra resbaló
y se fue calle abajo, desnuda en el cromo,
escapando bajo las frías luminarias del día.

La pluma desmayó su voz
y negó el concierto de aves
que aquel imaginaba. Y se fue en el cromo también.
Nada quedaba con él.

Aunque alguien encontró el pájaro
no supo bien que hacer con el
y el ave murió de sed.

IV
Un mar en el bolsillo
fue un peligro para el sentir sobre la otra piel.

Ella estaba oblicua en el sol
que desandaba faroles rotos
cuando el mar
y en el bolsillo el otro mar.

El muelle llovió a los dos.
Y el soltó el mar,
y la ropa estaba mojada y la ropa que había recuperado
ahora la volvía a perder así, le dijo ella
inundada como el.

Corrió ella a buscar alguna tela colgando de algún cable.
El quedó con la ropa húmeda, secándose bajo la lluvia.
Ella quiso volver
y no lo pudo encontrar.

V
Ebullición de cementos
diluviando la venganza de la mudez
cuando todos corren
cuando todos se aislan
del fuego incorrecto de las profecías.

¿Nadie nos avisó?
¿Nadie dijo que el gris es el color de la traición?
¿Nadie dijo que algo hay en aquel arco del cielo?

Ahora todos corren
perdiendo los colores
que después de tanto tiempo.

VI
El halló la explosión ardiendo en la mano
con la que tapó el sol
que le quemaba los ojos.

Ya su ropa no chorreaba
y había estado tanto, que el sol lo había apresado
atando su sombra al muelle que ya no tenía mar.

El agua se iba,
y nadie podía humedecerse los ojos
de ya que tan tarde era.

martes, 7 de diciembre de 2010

Aves

El lenguaje de las aves
me fue enseñado una mañana
en que el sol rayó un árbol;

comulgué las alas a los brazos
encinté mi pelo de aire
y anduve descalzo las piedras
que no tocaban mi piel
que me sostenían en el azul
cuando grité al amarillo
que estaba allí, esperando esta llegada
esta mañana, mi pie, mis brazos
y la voz
que en un principio todos sabíamos.

Brillos

Hay brillos que se caen de las cosas
en el ademán del viento,
en la canción del silencio;

subo la escalera de agua
alzo los cristales de tu voz
lanzo al viento
lo que dijiste a mi boca
cuando un brillo caía de un árbol
cuando notamos el sol dormido
sobre la hierba interminable de la infancia.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Tarde

Pliego la tarde
a un cartón irregular
y me mancho con su tinta
plena de pájaros adormecidos.

Guardo el pliegue en el bolsillo
lo escondo, lo trituro, lo bebo
soy impaciente
ninguna tarde se me va a escapar.

Cuando vengan
en los eones desolados, los hombres grises,
sacaré mi sangre de celestes y naranjas
y rojos y rosados
y otros más,
sacaré mi sangre para que vean
todo lo que guardo
de mis interminables ausencias.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Se me desarma lo poco que quería decirte (a Gise)


Armonía de la mano
garabateando el aire...

Cae la tarde, caen muchas tardes
en el fondo, en la habitación de cosas
de todas esas cosas tuyas
que te parecen tristes para este mundo
y les dibujás una sonrisa con tibias acuarelas.

Los ojos guían el paso imaginario
adelantándose a todo posible designio.
Todo gira y todo te toca en tu danza,
toda tela te mira, todo color te decora
todo es tuyo en esos momentos
armando el equilibro con tu suave paciencia.

Armonía de la mano
que sabe la posición exacta de los astros
para la sabiduría blanca
de la tierra dulce
en que vinimos juntos a pintar.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Pasaje

Me tiritan las manos de azúcar
que llevo incendiadas de agua
a la montaña más lejana que halle.

En el camino un pájaro sabio
me dice los nombres de cada sombra
sobre la que en su círculo da forma.

En el camino un anciano
que me enseña como atravesar el círculo
del que hicieron los desiertos.

En el camino un zorro me mira pasar
y no dice nada, solo ese silencio
me carga en la espalda
para esa montaña a la que pienso
para esa montaña a la que mi agua y azúcar
y las curaciones de los astros
que necesitan las flores nuevas del alba
de cada piel, de cada ser.

Piano roto

Destrocé el piano
y bailé sobre el,
en la melodía desconcertada por mis pies
que la arrastraban a túneles inconexos
donde me sepultaba de gloria
y purificaciones y enigmas
y destinos incorrectos
porque solo es uno
aunque pueda imaginar mis otras vidas
que nunca tuve
y no sé si...

Bailé sobre el piano
y empezaron las llamas
y el lobo aulló a lo lejos
indicando el camino al desierto
donde debería vagar
con estos pies tan cansados.

Luces, árboles y sombras

Caminamos bajo las sombras luchando dulcemente con el sol;
los árboles llovían esa dulce lucha para nuestros brazos
en el unísono de la mirada
del todo en el lugar, corriéndose un poco para bailar
sutil, como ese baile que nadie sabe exacto
que ya lo perdió buscando cuantificarlo
y animarlo de extravagancias, aumentando la llama
que los árboles esconden tan tibiamente.

No hay fuerza que empuje ese baile;
no hay cielo que no conozca la circulación de las almas;
ese baile, rotura sutil de la luz,
descansando sobre la sombra;
ese baile que nos dejaba
con la miel de la mirada
y la primavera solucionando
el sentido de la estadía
por tu brazo y por el mío.

Sonido

Ese sonido secreto se te escapó
ese dulce vaivén que tocó mi piel
desde un vuelo y un prisma de aire
ese sonido que nadie sabe salvo yo
que lo encontré en el instante de tu diamante
el instante de tu reloj de arena
arremolinado sobre el mar.

Ese sonido secreto
era solo para mí,
solo para mi instante
en que no te diste cuenta
de la veracidad de la voz
y la inexistencia de lo demás.

Sol rey

El sol rey
tomando en sus manos inmensas
(esas manos de esa forma que desconocemos para una mano)
todo lo que se mueve y lo alza
lo mece en la vibración del calor
de los átomos en fiesta.

¿Qué no toca el sol en algún momento?
Aunque tantos y tantos
se entierren para decir no
hay otros que sin darse cuenta
lo llevan como bandera a todas partes.

Aviones de papel

Miles de pendientes,
toda la tierra a mares en inclinaciones
en caídas y los remolinos de viento
en los frascos celestes de los seres
que preparan los aviones de papel
en los cuales lanzarse;

se suelta un viento en el sonido del cristal
se zambulle en el cielo un aviador
como en la almohada luego de una semana sin soñar;

las gentes van y vienen llevando vientos
y papeles
y aviones suaves que se cruzan
y apenas
apenas se rozan una caricia.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Noir

Atravesé la ventana con todos sus cristales que me siguieron calle abajo.

Los neones me miraban, con los vidrios danzantes en mis círculos.

Un lobo aulló negro y sentí que era necesario prender un cigarro
y humear largamente, quizás hasta ahogarlos a todos.

Imaginé una gabardina larga que tocaba el suelo o quizás no quizás aún más,
la gabardina más larga del mundo que me dejaba atascado en esa ciudad para siempre.

No tenía arma, así que me la pinté en los dedos. Era el arma más imponente de todo el condado.

No había gente, así que la imaginé hecha de carne de vaca
y yo la desangraba a balazos.

No había humo, el cigarro nunca pudo ser encendido. Mi encendedor carecía de átomos.

No había ciudad, los átomos se habían ido, me habían traicionado.

No había nada,
ni siquiera mi mano pintada, ni mi reloj de alambres.

No había negro, sino ese color parduzco
de esas noches que se repiten en la misma viscosidad
del ahora mismo ya, en la electricidad que no existe.

lunes, 25 de octubre de 2010

Imaginería


I


Tierra
a vuelo de pájaro

Los seres,
distan las líneas necesarias
para un nombre desde la única montaña.

Las alas se acarician en el viento
la mirada recorre todos los seres en la quietud
del símbolo perfecto bajo los dos soles,
redondeando todas las líneas
en el cenit de toda la tarde junta

Los seres intentan la sincronía
de estar en todos los puntos,
en aquel lejano lugar
donde el sol no se oculta jamás.


II


Desbandada de pájaros
y adónde irán
nadie sabe
pero atraviesan todos los instantes
de todos y dramatizan cada tarde
cada noche, cada mañana
solos
los pájaros abrazan el celeste en la locura
de querer soltar el cielo mismo
agitando tanto las alas
que todos a la vez
si pudieran
que todos a la vez pierdan un cielo
para saber que nada está tan lejano.


III



Toda la tarde en la boca que una vez
la tarde en la boca,
y en el aroma a otoño
con el murmurar de una voz
que alegremente se escondía entre os árboles o no así
pero
el sabor en la boca
que se repite ahora, con el sabor del tiempo
la experiencia y los tantos tonos juntados en la mirada
los tantos tonos de cielo para saberse éste
que hasta ahora no se había repetido

Toda la tarde en las manos que aquella vez supimos
toda la tarde con su gente que iba a sus quehaceres misteriosos
mientras agitábamos el tiempo hasta marearlo
y nos tendíamos en la floresta
en la espera de que ella saliera de detrás del árbol
y nos juntara las manos
formando la hora perfecta
en el círculo de los cuerpos calmos
apisonando el cielo de pura risa
y esperando por el nunca
el nunca jamás que esto no.

Nunca jamás que esto no.


IV


Un grito desde lo oculto del bosque
donde la simple mirada no toca
donde los hombres no son hombres sino almas con carne
recubriendo la desnudez de la blanca sinceridad.

Y el hombre celó el alma
y quiso una, y quiso el oro de las almas
y buscó los tesoros por toda la piel
cuando los tambores se sacudían de miedo.

El hombre celó el alma y aún la busca,
allí oculta
donde la mirada no toca
donde el fuego es silencioso
y llama a a los iniciados
de alma a alma
de algo más que oro
de algo más que carne...


V

¿Qué vio ese primer hombre que se maravilló de las estrellas?
Ese primer hombre sigue mirando
cuando todos los que pasaron detrás de la escena;
cuando todos los animales que lo ignoraron
cuando todos los hombres que lo tomaron por estatua.

Y la guerra y la sangre y el fuego detrás
y la lluvia y el día
y la sequía y la inundación
y todos los hombres que intentaron un nombre para el
que no quería nombres
que no quería muertes
que no quería las demás cosas
sino solo

cielo

y estar ahí, como siempre.

Ese primer hombre sigue mirando
y ya se está volviendo niño otra vez.



VI

Quiero de cada casa
una ventana
para cada mañana abrir
un cuadro distinto
que le de color a mis huesos
y a mis páginas inútiles
sin todos los colores
que pudieran existir.

¡Quiero todos los colores sobre todas las pieles!

Y todas las alturas
y todas las depresiones
y todos los ángulos del sol
para pintarme el cuerpo
con el nombre del universo.


VII


¿Cómo será
un siempre caer
un vivir cayendo una vida
el arrojarse de una montaña que supere
la vida de los hombres mismos?

Una montaña tan alta
para caer siempre
hasta que la vida se apague de vida misma
sin rocas en el camino
solo ser hijo del aire
en una caída eterna
para nuestra pobre mirada
que llama infinito solo a lo que nos supera.

¿Cómo será caer para siempre?

Y ser aunque sea ese pájaro,
ese que aprendió a volar a medias...



VIII


Los peces hablan entre sí
y se dicen los miles de nombres del océano
preparando la fiesta
a la que todos están siempre invitados
a excepción de aquellos que se fueron
y ahora quieren volver;
los que están tan celosos
que los arrancan de allí
solo para hacerlos sentir el poder de los límites
que los peces no pueden entender.


IX


Solo una figura por semana
solo un cenit por semana tiene ella
solo una figura que no alcanza a temblar en el abismo
que se convence a sí misma
que hay un instante
para estar seguro
y ser único
mirando así, con la mano así
en el blanco y negro que sublima
la antigüedad hacia el futuro
de eso que un instante
de eso que tan perfecto
por el círculo de la imaginación
que se completa cada siete días.


X


En la medianoche
en la separación de los mundos
los hombres deciden su lado

y por esta vez
se reconocen,
por esta vez
se nombran con calidez
y con perfume extraño
de inicios y finales.

En la medianoche
despiertan por segunda vez los gatos,
en la medianoche,
los perros ladran a las estrellas inquietas.

Un hombre que viene se cruza
en la entrada de un bar
con un hombre que se va
y sus sacos
son los mismos,
solo de diferente color.


XI


Y un día los espejos
se cansaron de replicar.

Pero nadie se había dado cuenta.


XII


La luna eligió el azul
y era apenas su contorno en el aire
apenas los barcos la veían
pero es que era su vestido favorito
y estaba cansado del blanco y la platería imaginaria
que le habían ideado.

La luna quería seguir azul
aunque ya se alzaban las voces
ya se subían las escaleras
con ejércitos de hombres
que la necesitaban
que tan perdidos estaban.

La luna ya sentía el cosquilleo
sin haberla alcanzado una escalera.

Y ese vestido,
algún día yacerá hecho trizas sobre el mar
aunque digamos que no y tengamos escaleras
solo estamos sobre una madera
en el borde del mar.


XIII


Todo sucede todo el tiempo
cuando casi nadie mira.

Nunca alcanzo a ver
el escape de la palomas de la iglesia en ruinas;
nunca llego a ver las lágrimas en un puerto;
nunca sé que sucedió
entre dos ventanas blancas que se encontraron alguna vez.

¿Y si pudiera ver todo a la vez?
¿Y si el secreto llegara a su fin?
¿Y si tal vez este vacío se repite
con diferentes rostros y lugares y sabores?

¿Es todo tan simplemente lo mismo?

¿Qué hay detrás de la puerta?


XIV


Ir en la lluvia
llegar en la lluvia
viajar bajo el agua en recortes
hacia alguna puerta en el fin de una locura

¿Por qué disfruté esta lluvia en los labios?

¿Por qué sonó esa música en mis oídos?

Ah, sí, esa sonrisa
que me seca el alma inquieta
que aún reparte lluvia,
un poco de ese sabor
por toda la casa hasta dormirse
repitiendo el viaje
como una caravana imaginaria
hacia algún lugar sin explorar.


XV


El papel picado
se quedó en el aire
tuvo alas
y en el rebote de las luces
prolongó su voz hasta el sol.

La fiesta junto al río
prosiguió por escaleras imaginarias
que dejaban a los danzantes a distintas alturas
girando y riendo;
las espumas de las bebidas flamearon
y arrancaron porciones de aire para subirse también
y ondear junto a los danzantes que en ese momento
teñían sus ropas con su sabor.

El papel picado se quedó en el aire
y allí sigue
mientras en algún lugar
alguien está bailando.


XVI


Se despeinó y salió así
a reencontrarse con los peines que danzaban en la calle
riendo en el sonido del pulcro celeste
que se repetía sin cesar por todas las calles.

Se despeinó y los peines lo atacaron
y él corrió a subirse a un edificio
donde lo siguieron
para desafiarlo a una batalla final.

Y había muchos espectadores
que ya apostaban, que ya se ponían anteojos
y compraban bebidas y gritaban
mientras el despeinado sangraba su piel
por arrojar a todos los peines por el precipicio.

¿Quién ganó?
Nadie porque esto nunca sucedió
según me dijeron
y prefiero creer en eso.


XVII


Una progresión rítmica hacia un no ritmo
¿Qué tan de golpe?

Muy
mucho el golpe
que sangraba las palabras
en las orilla de un mar perlado.

Progresión al desafino
o un malentendido musical
que se expandió por los almacenes de cosas sin nombre.

¿Qué sucedió?

Se abrieron las puertas de todos los manicomios
y los nuevos profetas
nos dieron esperanzas por unos años más.


XVIII


"Pequeño hombre
tenés que abrir las puertas de los manicomios
para que la revolución salga a las calles
y pinte las paredes y las tire abajo
para que todos cuenten sus historias
alzando el dedo a los cielos testigos
de tantas revoluciones de hombres ya
pero esta
pero esta revolución de somos tantos
que no podemos estar equivocados
somos tantos y estamos todos tan igual
que ningún manicomio tiene entrada para tantos hombres.
Ese día, ese día llegó,
si tantos estamos así, entonces,
entonces muchos más que ellos, entonces
no es nuestro lugar tras los barrotes
de las cárceles de la imaginación"


XIX


Yo confundía manos con pies
y orejas con ojos
y boca con nariz

yo todo lo confundía
y había en ese entonces una reglamentación
que tuve que comerme, era simple papel
y apenas voces que no reverberan en un árbol.

Lo oí, oí una cosa que reverberaba en un árbol
oí muchas cosas reverberando
y ese papel no lo hacía. Ese papel
trazaba triángulos tan extraños que no cabían en una mente.
Triángulos tan lineales solo pueden temblar en mi mente,
como un cuadrado perfecto que soñé aquella vez
que no dormí del miedo un año entero.

Porque la prisión está en las líneas
la prisión es una línea
por la que hay que caminar sin caerse.

Las cosas que reverberan
no las tengo ya
pero a cada rato las siento,
las tengo conmigo y sé su sonido
y si vamos a todos los árboles
ninguna de ellas se perderá otra vez.


XX


Se abrió una puerta
y todo se escapó por allí.

Todo está inquieto,
todo quiere tocarnos la piel
y saborear nuestra boca;
todo nos pide el recuerdo de una mañana clara
con las ansias de la sed de las galaxias
con la sed de quedar en la pureza total
del recuerdo de la sal
besando el azúcar.

¿Qué te tocó la piel
y quedará en tu última mañana
cuando la hora se haya cumplido?

sábado, 23 de octubre de 2010

Aire (a G.L.)


Así las cosas
así los vuelos invisibles.

Cuando el mundo aún se desperezaba en el blanco
cuando las aves bostezaban sonoramente

ya crepitaba la pava en el fuego
y en su mano
se sacudía quieto el sueño de la pampa infinita;
en su mirada
se buscaba a sí mismo el horizonte
para aquietarse en el saber
que no sería desarmado
sino solo murmurado
luego de un sorbo
en el mate del silencio de los pájaros.

Así de blanco,
así de simple,
teniendo tierra en las manos
y las almas sonoras de la risa
en la dulce espalda,
así de simple
el sueño de los que se van
despacio
sin que nos demos cuenta de su silencio
y la paz de su saber.

martes, 12 de octubre de 2010

Apuntes sin razón


I

Arquitectos de un cuerpo roto
¿Cuántos ya?

No alcanzan vidas
para un simple y roto cuerpo

No hay en la tierra,
en el fuego no
en el aire no
en el agua
no hay arquitectos de un cuerpo

aunque hicieran
cien soles
doscientos soles
no no no alcanzarían jamás
la simple extensión de un cuerpo.

II

Tengo una ventana
que hoy
me dio dos soles
con la consecuencia
de una sombra en medio
en cada vez
que tenga que pasar
ese largo pasillo
que media
entre las dos incongruencias.

III

Una línea de hombres, una línea perfecta
en la alineación estelar
de los códigos exactos de la nada
entre todos los cuerpos.

Hay una fórmula de seres
para ser invisibles
alineados de una lado al sol
y el último pie
atado a la luna.

Los números, ese día,
deben estar en desbandada
y usar los engaños
para dejarnos el espacio
entre las dos verdades
y caer en la absoluta nada
donde media el mensaje
que no cabe en ninguna palabra.

Prefacio incorrecto


Precedió

en una larga noche, de interminables costados
precedió la voz hacia los pájaros
en el sonoro ahogo de la garganta
en la ceniza constante
que del fuego era expulsada.

La noche de todos los costados
abrió un hueco en el cielo
así como en la arena
y no se pudo establecer ningún nombre
para la estrella naciente
escapando de la procesión
del entierro
en un mundo tan de pies
y de pocas alas.

Todos los ancianos
se tumultuaron en uno
dejando caer la arena
y la adivinación celeste
en el azul más negro
sobre la cabeza de su aprendiz
seco de la sed de las montañas.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Un sueño

Un día
simple
en que me coronaban los artificios
de colores indefinidos
por sobre todo el orbe de mi mirada
y estallaban a la vez
que las gentes de ropas extrañas bebían algunas extrañas bebidas
que derramaban sobre la tierra


la noche se detuvo

se abrió el sol en el aire
y la gente arrojaba las semillas a la tierra
entre cascadas de bebidas aéreas

y clamaban por la tierra
y celebraban la tierra
hasta que el sol se fue de ese instante
para dejar a la noche en su lugar

y la cosecha mágica
se durmió en silencio.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Dulces

Dejando
una lluvia azucarada
al paso de los saltos
de charco a charco
a rebote de las ramas en el agua;

en los labios resbala la tarde
y hay paraguas sacudiéndose
a la vez que el pelo inquieto
que de agua se deshace.

A través de los árboles
enredando el norte de la mirada
y atravesándolas
el aire de una esfera gris
que siempre nos espera
pero no podemos tocar.

Y en todo
una lluvia azucarada
diluyendo ese banco de tu espera
tocando mis labios y mi tiempo verde oscuro
de que cae la noche ya
para mi piel y ese árbol
y este recuerdo que mañana
en el amarillo de mis días en la silla
en el amarillo de mis días en mi ventana.

Cuerdas de Orfeo

Las cuerdas de Orfeo
están en algún lugar secreto;
quizás es que el tiempo
no quiso tocarlas que
en algún lugar
alguien tensa, sin saberlo,
el son amarillo de un día
que comprende día y noche
y los miles de intervalos del color
del solo día
y en la cuerda, en una
late la melodía que eriza el alma
pero solo
podés tener una

dos
quizás nos lleven a la ruina
porque
fuera del tiempo,
lo de ahí,
quizás al no nombres
nos estalle la mente
como los cristales más nuevos.


Líneas, sol y sombra

Un hombre
pudo sacar todas las líneas que componían su cuerpo
y las arrojó lejos de sí, a un río
que al instante
separó las líneas a lo alto
y se hizo otro hombre
que lo miró
haciéndole saber
que no hay forma de escapar
de su sombra
y que siempre estará el sol
para avisar que está escapando
una vez más.

Y el sol no se detuvo
se imantó con el celeste circular;
ató todos los extremos de las cosas
e irradió los colores exactos
para las cosas en el reposo
de los que nada pueden hacer
por una galaxia entera;

el sol siguió guiando al aire
a ser un soplo
en la nuca
de los desprevenidos.

Un hombre desató su cuerpo
pero
las líneas lo amarrarán al final.

Puertas

Dejaba la noche atada a la esfera
cuando sentí un castillo flotando
intentando asirse de mi espalda y llegar a mis ojos
y llegar a mi mano
y subir las escaleras de caracoles a norte a sur a este a oeste
tomar la vara del rey y ser yo mismo
el cuarto rey engendrado en una nube.

Pero la puerta erró el destino
y me abrí paso lejos de allí
en la madriguera de una bestia gigante
latiendo hecha de hojas de diario
y la tinta
siendo desparramada
intentando ahogarme

intenté la puerta
pero esta me erró otra vez
y me enfundó un molino de viento roto
que ya no generaba el viento
de todos los demás.
La herrumbre sobre la piel
me ató al maíz en llanto
escapando por cada ladrillo de ala
y por cada tela de pared.

Me recosté, entonces
sobre la hierba que pude atrapar
en la marcha
de todos los que buscan esas puertas
para ir a lo menos esperado
que simplemente
no acá.

lunes, 20 de septiembre de 2010

hfoifhaowf

I

La resina de la mirada
era un trozo de sol
en un redondel perfecto
para volcar cualquier átomo
encadenado a cualquier otro

¿Tenés aún ese último vestigio de sol
o lo perdiste en alguna vía de tren
donde ya lo habían derramado todos?

El ámbar en la mirada
un otoño
una curva del mar
por las tumbas de los antiguos
enumerando soles
y alzando un dedo
a la santidad, este ir y venir
cada día en su círculo.

II

Se corrió todo de lugar
se lo hace todo el tiempo, señor Rimbaud
siempre se hizo
y nadie se da cuenta en realidad
que los vientos siempre
nos quieren empujar hacia el mar y sólo
sólo no nos damos cuenta
o sí
pero no le prestamos atención.

III

Un instante sí
un barco atravesó un edificio
una flecha perfecta
queriendo subir y atascada
perdiendo marineros suicidas que saltaban
y no caían al suelo porque para ellos
ya no existía

tantos años de mar
tanto de agua que su piel
era otra
su dimensión era otra
y no podían caer
como nosotros
como lo simples frágiles de moléculas
que no nos ahogamos en el mar
pero que en una caída así

ellos sólo pueden morir de sed.

domingo, 19 de septiembre de 2010

asoindasid

I
Ineluctable
el pez desanduvo el mar
y se hizo presidente
de una república imaginaria

sus seguidores se aguaron de banderas
se multiplicó el cielo
las estrellas se fueron apagando
a la vez de las fanfarrias para la coronación

los hurras atiborraron los edificios
y todos los treparon
hasta hacer caer el primero
y celebrar a los gigantes
a los que ya no se temía.

II
En una isla ya eran demasiados
y un juego fue jugado febrilmente
y partieron ocho nadadores
disolviendo los puntos cardinales
partieron dieciséis nadadores
ansiando una nueva isla
que aún buscan
partieron treinta y dos nadadores
que aún ansían
que aún pueden llegar a tu costa
partieron sesenta y cuatro nadadores
a conquistarte y llamarte a su lado
para festejar juntos su llegada
y tu partida
hacia su isla donde
te harán volver
y en tu isla te enviarán a ser rechazado
y así las olas
por tu culpa,
por tu maldita culpa.

iefhiofues

Veo mal. Decididamente veo muy mal. Veo errores, pero sólo yo. No los he confrontado con nadie, son muy míos. Son mis errores de los demás. Y me quedo en mi lugar, esperando que me reconozcan los logros que a nadie muestro. Espero. Sigo esperando mientras escribo pedazos de luz, pedazos de sombra y ambos matándose cada día. Y tal vez no me quede otra que gritar tan fuerte que ese grito me destruya por completo. Pero una voz, una pequeña voz disconforme. Algo así.

Quiero encontrar un recorte de luz en tu vestido y pegarlo sobre la ventana y que solo se repitan las magias y sólo por un tiempo. Inventar nuevas magias sin necesidad de repetir este decirlo así tan repetido.

¡No quiero volver a escribir esto!

Quiero a todos navegando. No
No es posible. Demasiados ¿Y si todos fuéramos esto a la vez? No habría mundo así, todos en la pendiente del hambre nos resquebrajaríamos cada hueso y cada idea sería una habitación de una muerte segura.
¿Pero no hay un cielo para cada piel?
Aún no sé.

Y soy yo
en los errores invisibles en los demás
que solo yo veo.

Y más vale que me muera rápido
que si no
nada sino una bandera encendida en el desierto.

Clavos

Primero en el centro del pie
fue un pequeño clavo al andar
que
el viento se llevó
en un vendaval, cuando un verano terminaba.

Luego otra vez el centro
con un clavo más grande
y una crucifixión incompleta
junto a un árbol
para no irme
sino adonde la tierra pudiera.

Y más clavos en los dos pies
para evitar que el viento
tuviera que aumentar
arrasando los alrededores
tan sólo por mi culpa.

Más más metales tengo en mi casa
para intentar amarrar
este barrilete hecho de carne
tan sólo
para quedarme
cerca de ese color
que quiero
para mí.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Pies de aire


Y
caminar el aire

y si así
nos dieran una jaula
para estar
¿Qué auxilio
que súplica sería oída?

Caminemos el aire
corramos el aire
que allá abajo nos esperan
solo para hacernos confesar
el secreto que nunca vamos a decir...

No hay bordes


¡No hay bordes!

La galería se despilfarró de ausencias
de ausentes inclemencias temporales
para la exactitud inexistente
en la irrealidad de la irrealidad necesaria
para descerebrar las encomiendas a un paseo luminoso
cual ardor enceguecido de invierno

Quise
desencadenar la luz
y no había
zig zag ni oblicuidad
no había desbordes
no había sino la exactitud de las líneas invariables
que dan nombre a un cubo extendido
de kilómetros de ausencias

ausencias de las formas que da la piel...

¡No hay bordes!

Mi desafinado

...estaba por allí
en el mi desafinado
preguntando soles
estaba
mascullando huracanes
y odios sin razón más que desde el átomo

cuando

se cerró la puerta
cuando
se cerró con pocas palabras detrás.

Hasta allí
y la pregunta al sol
si palabras
si vida
si existencia
si los apuntes sin razón
pudieran ser...

Guitarra parte 1 incompleta seguirá así

Guitarra decime el nombre de las cosas
en tu vuelo así
decime como se remontan tu ala
tu vibración bajo el cielo
lluvioso de soles

hablame al oído, despacio
así solo yo sé, por esta vez
el secreto de ese algo;

guitarra enredame
en tu juego de desaires e idas
hacia el horizonte
dejando las semillas del canto
floreciendo en cada suelo;

guitarra, no me abandones en las noches
de charlas con Caronte
en que el griego
parece tener todas las razones
para enfriarme el mate
y hacerme cerrar el libro.

A través

El a través desenumeró los días
se hizo amarillo el lugar
y los pájaros azules desatendieron el vuelo
por esta vez;

Una cascada, diez cascadas
cayeron en la ciudad
antediluvianas y celestes
venidas de un otoño marchito;

Se cristalizaron las voces
se adormecieron los fuegos
se entumecieron las manos
y no hubo brazos para los árboles;

Y el ruido se hizo palabras
y el ruido se hizo sentidos evanescentes
para este mirar por la ventana
esperando que de golpe el rayo.

Cúmulo


Ya solo hay formas posibles lejos de la dramaturgia celeste;
el cúmulo de posibilidades no es sino unos saltos
entre la posibilidad y la imposibilidad
y no mucho más allá

es solo una ocasión
o una no ocasión

ya las tristezas no pueden tocarme
con su forma insípida lejana a todo cuanto piel
piel de Van Gogh, piel de Picasso,
ya no me son así de temporadas viejas en lo negro
en lo rojo, en el sol hervido en las sienes

ya ni puedo nombrar sin el desdén de los simples
ya no esa apatía con el color
ya no el resultado de lo no mío
cayendo en las lluvias sin amarillos.

Pude haberme salvado
o no
solo el mismo lugar
para las posibilidades
de escribir esto o lo otro,

pero solo esto o lo otro
que no se tocan jamás.

Despiel

La imaginación se salió de la piel
se excedió en los oídos de las hojas
arremetió la carrera
a la fantasía dispuesta en todos los libros de historia

y se fingió
en cada batalla en cada paz
de imaginerías de un lejano yo del otro,

el imaginado velo que el viento mece.

Se salió lejos
y anduvo aguas y anduvo peces
y anduvo aves y anduvo tierras
intentando apresar
todo eso que nunca llegaría a mi interior
sino solo a ese velo
de cincuenta otoños
que el viento aún mece.

Caídas crepusculares

No pudieron preguntarse
que tanto era
que de golpe los suicidios crepusculares
dando al suelo su golpe húmedo
se removieron

y ya ni tumbas que ocupadas ya están

las alturas las más alturas
y los megáfonos disparando nubes
disparando nubes y las cenizas
las cenizas a nuestros huesos
a nuestros aires
y a los otros

a todos desde megáfonos en fuego
de los deberes y los miedos
de los deberes y los miedos
de los deberes y los miedos.

Mientras los suicidios crepusculares
tapan sus caídas bruscas...

Y no se pueden preguntar
entre los dos acordes insoslayables.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Anunciación

El orbe quieto

el orbe en una respiración sostenida
el mundo increado salpica la mañana

se derrama
sobre las ropas ese mundo

se forma
de los antiguos nadas
ese planeta en el óxido

óxido repartido con trozos del mundo nuevo
una mañana en que al unísono
pude gritar con tu sueño
en la certeza del violeta
para los todos días en que te pienso.

El orbe, la esfera primigenia
perdida tras un manto de delirio
vuelve
porque la clave
está en el nombre
y el nombre
fue anunciado
para los instrumentos todos por siete
para los todos por siete
las anunciaciones ineluctables.

Día más cerca


Suelto, un sabor
incontestable pudiendo esta tarde
se suelta de años antes que
ahora estalla dulcemente con el barniz suave
en el viento, el dulce soplar de su voz sin ruido
se atestigua en el medio, que es toda parte del acá

(del mundo todo lugar es el medio)

y este sabor suelto se aromatiza solo
al hablar sin ruido sino con el rumor
del agua invisible que decora cada persiana subiendo
subiendo y las escaleras siendo bajadas
y los pies inquietos buscando la lluvia blanca

y todos y casas abiertas y las ropas claras
que traen el medio del mundo
y el aroma de tanto, y la vista de mucho
y el aire de respiros
que se desenvuelven en la fiesta silenciosa
del apenas verano que se asoma.

lunes, 6 de septiembre de 2010

errealidaderr

...errabundo el pañuelo solo meditó la atmósfera radicalizada en la partida. Que fue lo impertérrito de lo todo nada pero no sabe no porque simple pañuelo...

Yo no me despedí, vos lo entendiste así, un pañuelo no me dice nada, tu muerte no me dice nada, son los signos equivocados de mi ausencia.

...estando la hora latiendo en mi pie se puso a llover el canto a lo lejos; atrapó a una legión de hombres solos que condenaron mi cielo en la tormenta pasada...

Yo no te dí ese beso como rótulo de tu palabra, yo me soy inexplícito de tus nombres para las cosas, me soy inaudible en tus quehaceres inútiles.

...empezando la tarde se puso el delantal y atendió la misa para nadie que solía dar cuando la raya de su mente se desdibujaba...

Yo no tengo nada en esta lengua que me persiga; puedo tranquilamente apagar esta luz para que entiendas que mi vista no es la tuya ni tus pesares mis almohadas.

iderriladedas

...apagó todo y nadie pero nadie
apagó todo y no se alcanza a percibir sino una galaxia
pero nada porque él apagó
y si las galaxias laten desde un grano de arena
ni siquiera porque él apagó
y un átomo pero nadie puede realmente porque él
ya sabemos que él
lo que hizo y los nadies son alguien muchos alguien apilados
en el borde de las moléculas y no
ni nadies ni nada ni alguien
porque el apagó todo y estas palabras no existen...

reallaer

se dio cuenta él la silla
se dio cuenta que las cosas lo excedían y las buscaba aún enfrente
se dio cuenta ventana se dio cuenta parabrisas ese día
y se dio cuenta no marcha atrás y se puente se autopista inevitable inviable excedente
excedente de hombres abalanzándose sobre la tierra
y las porciones desnudas corriendo a otro planeta pero en la red
en la red atadas no pudieron escapar.

Parabrisas se dio cuenta
se el dio cuenta que nada hasta entonces
tenia esa música y esa imagen
y era tierra y su escape
era a ser tierra y esperar el día
en que todos los globos se suelten
lejos de las ataduras a las sombras

sedadilaerrised

nononononononononon
onnononon
on
onononononon
nonononn
nononon
n
ononnnonon

hubo hubo hubo aunque digan que no lo hubo
hubo sobre el lenguaje
hubo porque yo lo sé
y hubo huboalgo en ese hubo
se llenó de acciones ilimitadas que tantos
ilimitaciones para todos en su día
el hubo
arrancó la tarde de su descanso y se rebeló y se gritó
en medio del círculo de tierra sucia
se gritó y su grito hizo el desarme de los pastos
los desarmes de las aguas y los ríos las noaguas

y hubo lluvias y todos supieron el sentido
todos quisieron desarmar las cosas
y encontrar todos los secretos
en el rearme del todo
del todo
el todo
empezando por el uno
hasta el nunca más.

Desirrealidades Des

Alzando la óptica por la montaña se torció el ala
se torció el mundo que había venido
en su paseo matutino

y se encegueció el águila
y el pez se hizo unas alas
engañado por el cielo

me parece que he visto, a los árboles caminar por los techos

le parece que ha visto a los gatos subir las persianas

les parece que han visto las enredaderas desenredadas en las casas

(no están los álguienes entre todos ellos, no pueden escapar del número tres
aunque se sientan miles no pueden estar en medio del elellayotuelnosotrosustedesellosysepersiguieronporlaciudadbuscandolamagiaqueleshicierasalirdeuinutilidad
les pareció a todos y a otros no
les pareció a los elesalasellas
aalgunos no y aotrossi y hay tantosque caen al abismo del número y nunca vuelven

aunque un día
se torció el mundo).

Desirrealidades

Exclamación por la ventana irrefrenable

"A todo a todos a la vida repetida en sus cuerpos
¿no hay acaso algo más entre la vida y la muerte
como un estado
de mucho estados
para diferir nuestras palabras y nuestros sentires?"

La multitud se avasalló de reprimendas y parques rotos
en el desespero de una palabra que se ensecretó esa misma tardenochedía
se avasallósobreelpupitre del rey vacío el rey blanco
que entumeció a las alondras de su vuelo
en la óptica del dios irreparable
que se hallaba en su descanso.

Ya no hay más ventanas en la ciudad.

Irrealidades

...Viento en sol ráfaga de cuerdas a destiempo destemplado el arco del cielo...

la mujer alzó el brazo en dirección a la cúpula de la nube y pidió una soga
un lazo en la tarde y el arco del cielo cayó con el peso de cien soles más y se desintegró la galaxia
misma en el error de los dioses que no habían llamado a la puerta correcta

¿En qué se convirtió ese hombre
luego de las abolladuras del cráneo de la infancia?

¿A qué irá esa no mujer no hombre
cuando sea grande y sea un niño?

¿A qué iremos nosotros, lejos de los pastos
y las adivinaciones que ensombrecen los santos
en esta tierra podrida que está al revés del sueño?

Nada hay para el dulce caballo que aprendió a nadar
para escapar de sus propios pies
y su no sueño modulado en las antenas humanas.

...Viento en sol ráfaga de cuerdas a destiempo destemplado el arco del cielo...

Irreal

Irreal una mano irreales los árboles
hay metales torciendo las casas
hay pañuelos devorados por el viento
y una mano irreal desvaneciéndose en mi mano, una boca pintada
que ya es muy vieja

UNA BOCA PINTADA EN MI MANO
robada
a algún viejo pintor
una boca

¡Una boca! IrReaL en
en el borde de todo lo que conozco
empujándome al borde
y ni sé cuanto dura esa desaparición que los relojes
están desarmados sobre la mesa
recordándome que nunca pude sujetar el tiempo

una mano irreal, un pelo irreal
adjuntada a mi piso de cabeza y pies al techo
y mi grito inaudible en la noche
en que nadie está dispuesto a escuchar

todo es irreal lo que no
lo que no está en mi es irreal
todo es irreal ni lo que toco
ni lo que no toco
ni lo yo sino proyección de un algo
que se perdió lejos hundido en una arena

hubo arena alguna vez
hubo cielo alguna vez
no hubo yo mañana no hay yo ayer

una mano irreal
que me toca lo irreal no me toca no es real lo irreal me toca no me toca nada mi cuerpo es santo inmaculado y no soy no soy de reales no soy de soles no soy de cielos no soy de luciérnagas no soy de mañanas rayadas de luz no soy nada en el firmamento no soy escape de la última galaxia
soy solo no soy
me urdí un cuerpo para venir a este lugar y ver
y ver y ver
y acaso no es todo acaso nada acaso mañana
acaso mañana nada
de todo esto.

Work in progress II

¿Dónde queda esa realidad?
Sé que eso no es suelo (¿Es eso techo?)
Y me desarmo y en el rearme
siempre una parte falta

atrapada en el sillón o debajo de la cama

(...)

(Work in progress)

De inquietos y de galaxias cerca
de inquietos y del mismo sol, los mismos soles,
(las mismas estrellas que en un lugar se repiten
por nuestra mirada de la exacta hora
por nuestra mirada
el sol es el mismo), aunque para ellos
no sean los mismos;

repetimos soles y nos contamos soles...
y ellos observan o no observan
somos tan pequeños y tan hormigas
incansables en las vigilias y las hojas llevadas
que no acá, que siempre el camino
que tan ínfimos y tantas ínfulas de grandes
solo por
poder, entre los dos, ser el doble de altos

el sol incansable de todo el tiempo

y los nosotros pequeños de los pocos días

apuramos el paso
y cruzamos galaxias enteras en nuestro paso
todo
para que el sol vea
todo el tiempo que le sobra.
(...)

domingo, 5 de septiembre de 2010

Exilio


Me hice pared, me hice baldosa, me hice cemento, me hice ventana, me hice mantel, me hice avión de papel, me hice nube, me hice sombra, me hice rayo de sol, me hice agua, me hice hielo, me hice orilla, me hice barco, me hice escalera, me hice piano, me hice taza, me hice jardín, me hice flor, me hice árbol, me hice raíz, me hice noche, me hice lluvia, me hice sábana, me hice pañuelo, me hice tren, me hice pez, me hice montaña, me hice caja musical, me hice almohada, me hice techo, me hice madera, me hice cuaderno, me hice frazada, me hice guitarra, me hice chocolate, me hice vos.

En la ciudad del sol


En la ciudad del sol,
donde el sol cae sobre las inútiles casas
en la deriva del tiempo,
en la ciudad del sol
quise arcilla para moldear la llegada
la llegada de la forma, de la Galatea
de mi desvelo pálido.

Tuve arcilla en mi mano,
inquieta,
que intentaba aparecer la nueva forma
de lo inalcanzable que,
en la expansión irrefrenable de las galaxias,
pudo acercar el átomo primigenio,
de una consistencia nacida de la imaginería,
(de lejos tan lejos tan aire)
a la arcilla inquieta que quería la forma
ansiaba la forma
para sorprenderme
tras una esquina cualquiera
del omnipresente sol.

En la ciudad del sol,
el sol perpetuo
no se oculta jamás.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Trance


I
Se pensaba en los círculos de piedra
en la arena
en una creación;

fue el inicio
en la luna creciente
hasta el sol caído
del día después.

La arena recrudeció en el sol
encendida por el cosmos
que a la noche
no es sino un simple espejo
de lo que no se ve.

II
Fuiste vos día
en tu nombre
que nadie dice

y que no montañas
sino nombre
para lo que estaba ya.

Tu lengua
se encerró en todas las cosas
en tu círculo en expansión

y dijiste arena
y dijiste tiempo
ahora y después

dijiste todo el himno
de muchos días
que en la sed y el hambre
partiste a completar.

III
En la cima
entre toda esta roca
en la cima
habías de gritar un nombre

No te aferraste en el día
no te aferraste en la noche
no te aferraste en el día
no te aferraste en la noche
no te aferraste en el día
te aferraste en la noche

y repetiste cien veces la sed
cincuenta veces el hambre
pero ya no círculos
sino el sentido
que tu propio nombre al escalar.

En la cima
arriba de la sangre
y las manos
y la arena aérea
en la cima

viendo el día
y la noche
en un baile sin sentido
en la cima,
en la cima
no hay asiento de estrellas.

IV
El nombre fue gritado
y se agitó el este
se agitó el oeste

pero el norte y el sur
aún lejos
esperaban tu caminar.

Y caíste de la montaña
sobre la sed, sobre el hambre
y las piedras fueron tu alimento
por días y días
en que tus pies
arena
y tu nombre
aún rebotando en el viento.

V
Te arrojaste en el hielo
con tus pies y tu sangre
y tu arena
y tu año de sed
detrás

Tus pies desarmados de la sal
durmieron en la nieve

tus manos inexistentes
reconocieron el frío
y corriste a otra montaña
porque ya
no querías estar en el suelo.

Fue tu norte la muerte de los pájaros
fue tu norte la resurrección del fuego
al que ansiaste al alba
cuando vos y tus manos
despreciaban la sed
y despreciaban el agua

y tu sur del hielo de dos años
entre el este el oeste
cayendo por todo el sol interminable.

VI
El sur se ha ido
tus rodillas no lo hallan en la tierra
tus manos no lo hallan en el aire
tu boca no lo halla en el agua
no está

se evaporó
y el equilibrio
de los signos
fue roto

fue roto
el equilibrio de los signos
y en el desbalance
se trastocaron tus nortes tus sures
tus oestes tus suores tus nuortes tus
oeores tu terus ut resus coranseuos
essreuo sut ronesue eurrue rsou iqpiora
eqelti uvbir ustrsa
sutvar enimas elie elies
eli alies torumf agriea ujes serg geas swey yews saz zxs sefgy yukop lkiuyt redsaz xsqer ghiopl mnhujb gvde sazxcfe rtyu uiopliu juhgre
zofenl lmeine eni ine onqqno iaeccias undeu undeiti
luo u oujesdt duerfgaf euner inire spoujl hioju iel niso ial meket optiy ruh tigv
i n g u n e k i hre ohm mre omh

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Burbuja de Cristal


En pies por la casa
y el frío y no tengo
la chimeneas esas, de los cuentos.

Los pies y el frío en la casa
por ser el héroe del sol
que está lejos, muy lejos.

Una espada de madera
los dragones, las princesas
y la frazada, la capa
del sueño frágil en el cristal.

Nadie hay
entre el suelo y mis pies,
el frío me abraza
y me anima a correr
a buscar el sol
que lejos
de la ventana está.

martes, 31 de agosto de 2010

Un día de un hombre de campo (De Carlos Torres a Cristóbal Torres)


Casi no aprendió a leer ni a escribir. La responsabilidad de su familia, sus miedos a enfrentar lo desconocido, como la ciudad, la esperanza de tener una vida mejor para sus hijos, sin la dureza del monte chaqueño.

"Hoy es un día como los 365 del año, estoy sentado con el mate amargo en la mano derecha, la pava en la otra mano, al costado el fuego bien prendido de quebracho. Son como las cuatro de la mañana, ni pienso que es lo que tengo que hacer, los músculos sin recibir órdenes ya lo saben. Salgo a buscar lo caballos que están en la pequeña chacra. Cuatro caballos de tiro, fuertes ellos, ya me están esperando; les hablo como todos los días, les cuento cosas, lo que se me ocurre, hasta parece que me contestan con algún soplido. Vuelvo caminando junto a ellos, los preparo, los ato al carro y me esperan. Ya la patrona me está preparando la comida para llevar; los chicos que me acompañan son dos, me da tanta pena hacerlos trabajar, pero solo no puedo. Apenas está aclarando, salimos, estamos como dormidos los tres. Los caballos conocen el camino. Vamos entrando en una picada, allí nos esperan allí nos esperan unos árboles enormes que tenemos que voltear. Tenemos que hacerlo a fuerza de hachazos, pelarlos, cortarlos y luego cargarlos sobre el carro.

Voy camino al pueblo al costado de los animales, siento la fuerza que hacen al tirar del carro, me imagino los kilos de madera que llevan pero no puedo cargar menos porque sino el viaje no rinde. Paso por la balanza y me dan un bono el cual cambio por mercadería. Todo corresponde al mismo dueño, no me quejo aunque todo sea muy injusto.

Vuelvo a buscar a mis hijos que me esperan para volver a casa, están todo el día en medio del monte. Como ellos, yo también estoy cansado. Les cuento que llegó carta de Buenos Aires. Nos escribe su hermano mayor, que hace casi un año está trabajando allá. Cuenta que es otra vida, está muy entusiasmado en llevarnos a todos. Dice que alquiló un lugar donde vivir y que hay diferentes oportunidades.

En casa todos contentos al enterarse de la carta, yo sigo pensando. Estoy llevando los animales a descansar y pienso en voz alta, hablo continuamente. No sé si es por el cansancio o es que me están escuchando, pero los animales no hacen ningún ruido. Salgo, miro la oscuridad, escucho el silencio, armo un cigarro y luego otro, ya están todos dormidos, sé que esperan mi decisión. Yo sigo con mis miedos y dudas, nunca hice otra cosa más que trabajar en el campo, sembrar, cosechar, andar a caballo... Vender todo para irnos es lo que me cuesta, por el cariño que les tengo a mis animales; desprenderme de mis caballos después de tantos años de cuidarlos es lo más doloroso. Pero pienso en hace un par de año cuando tenía varias hectáreas sembradas de algodón y la sequía y la peste (la oruga) me hicieron perder todo.

Sin darme cuenta son casi las cuatro de la mañana otra vez. No pude dormir, antes de levantarme le pido a Dios que me ayude, la decisión está tomada.
Mis hijos merecen una mejor oportunidad."

Es


No es en el viento
no son cintas amarradas a la orilla
no es la hierba ondeando a lo lejos
no es el borde del mundo indeciso
no es una luna dormida en el agua
no es un ave mediodía
son cintas amarradas a la orilla
no es la mañana de sábanas en el techo
es el borde del mundo indeciso
no es la noche cansada en la ventana
es un ave mediodía
no es la cascada de soles
es en el viento
es

tu cuerpo

ondeando las orillas dormida en el agua en las sábanas mediodía de soles ventana indeciso mundo dormido en el agua en el viento

en el viento
en el viento...

El techo o el cielo

¿Es el cielo un techo?
Entonces, puedo tocarlo,
puedo subirme a ver más allá
(el otro techo tal vez sea)
y si lo pudiera escalar, te estiraría la mano
para que me ayudes
a seguir subiendo cielos

con solo tu nombre
tallado en el aire
me bastaría para sostenerme
y dar otro salto (¿O es esto un vuelo?)
(¿Es esto el cielo para el siempre día?)

Es el cielo el color
que imaginan tus ojos para esta vez
el deseo claro del ascenso en el azúcar
de la voz, el concierto de manos
amarrando átomos
formando aves de papel

El cielo no es techo
sino el sostén de tu nombre
para cada flor
que espera la lluvia.

lunes, 30 de agosto de 2010

Respuestas

Trato a todo cascada
trato a todo caída
que todo tela
que todo suave en el pasar inexacto del agua, de cosas amadas por el viento

intento todo suave para mi terciopelo alma
de un rato del cómodo sillón sobre la cabeza

y caminar el techo y aguar los pisos

sin preguntas sino las respuestas
a lo que nunca se preguntaría

aunque me es bien difícil estar así tanto tiempo
sino un rato para estas simples palabras
en que no puedo
extenderme más allá
de cuando cruzan la puerta con una pregunta.

Dimensiones

¿En qué dimensión está tu pelo?

¿En qué dimensión está tu pelo?

¿En qué dimensión está tu pelo?

¿Dónde está la intersección entre las galaxias
en la rotura de las estrellas?

Trato
de despeinar la casa
trato
de descafeinar el cielo simple
tratando voy
por las sábanas de las cosas
pero no me sale
no me sale saber de dimensiones
para buscar
tu pelo a la vez que todo cae

¿En qué dimensión está tu pelo?

domingo, 29 de agosto de 2010

Catedrales de aire

Catedrales de aire
sobre las cabezas de los todos
en donde
una dulce anciana relata pastos y soles
y hombres sabios y mujeres dulces
como en una inocencia primera
bajo un árbol de verano

Acaso pudo parecer el único árbol del mundo
bajo el cual sentarse.

Catedrales en el aire
donde los niños entonan alegres melodías
y llenan de colores el lugar indeciso
que se confunde entre el cielo y la roca.

Acaso las únicas voces posibles
en la primavera del mundo.

Catedrales de aire
de las que mi abuela me contó
de cuando nadie miraba el suelo.

miércoles, 25 de agosto de 2010

El topo de Doris I



I
Crucé los zápatos y la música y volvieron los disparos de a tres y uno de a dos
mientras mezclaba méxico entero con una catedral fumigándose
y las dos músicas se trenzaron en el aire
hasta que una se hizo cuadrada y cayó como un bloque
arrastrándose cerca de mis pies
y pude ver a la distancia tanta distancia si lo último era el horizonte
pude ver pude jugar con mi espejos a la luz
jugué para el caballo
y el jinete se avino en silencio aunque mi risa
era de las cosquillas de la música mis pies.

II
Y no le alcanzaba el agua
para vender a la muerte
e imaginé la escena, sabiendo que la vería por la ventana
sabiéndolo me negué y la retuve en mi mente
como no era o tal vez muy tal vez si

III
El globo comenzó a desinflarse con las ovejas gritando detrás
y la arena era irreal
aunque las ovejas no
y se dió el duelo en un lugar siempre melodía mediodía
cuando el globo se calló todo
y la danza de espadas ya no, de pretérito ego
en la mejor luz irrisoria del mundo de los predestinados,
a estas espadas tan sin forma aparente

y otros cinco hombres desde el agua
cuando uno los creó de palabras última nomás
las que no sabemos
que dejan la huella de átomos abolutamente nuevos
nuevos en el camino alargado del otro de allí al final

IV
Y una danza
con mujeres imaginarias

hay unas plantas con forma de mujer
hay una nube con forma de mujer

pero no existe
no las creé aún de la imaginería
porque no pensaba claramente la forma entera
y se me cerraba
el ovillo incandescente arrancado al fuego
y así no
así bailé con el aire
el aire mujer, el tonto aire del tonto yo
inútil en las deshoras
de crear la física primordial de cuando niño.

V
Hay lugares circulares
donde el diablo no puede robarte el alma
porque dios no se acerca y allí
tu maldad primigenia se estremece a sí misma
en el impulso a trepar todos los círculos
aunque desemboquen en la simple melodía siniestra
que te acompaña a todos lados

y sos el más cercano a aquellos dos inexistentes
que si ellos si
siempre estarían mirando
olvidando los arrodillados a montones
que no tienen nada para decir.

VI
Organizaste un círculo de hombres ahora
armaste el círculo para una muerte

y el círculo más cerca
cuando tu alma es la única en consideración
troquelada sobre los cuerpos de almas troqueladas
que tienen cada explicación a la vista.

Las carrozas que ves ya
no son las alegres partes de una fiesta
sino la conciencia de un quiebre
que divirtió a las multitudes
que ahora se emborracharán
y bailarán sobre tu recuerdo
dejándolo guardado en lo profundo de la tierra.

Y el héroe llegará
como consistencia misma de tu existencia
y la diversión de los aires.

VII
Siempre querrás elegir el escenario de tu muerte
siempre será el círculo para volver una y otra vez
a cada lugar entre las esquinas inexistentes
que te empujará a la siguiente inexistencia
que tu fantasma sabrá alzar como una corona.

Las carrozas que ves ya
no son las alegres partes de una fiesta
sino la conciencia de un quiebre
que divirtió a las multitudes
que ahora se emborracharán
y bailarán sobre tu recuerdo
dejándolo guardado en lo profundo de la tierra.

Fuiste dios al final
cuando ya no pudiste crear nada.

VIII
Y hay tanto que no verás
todo el desarrollo inmediato del universo mismo
en los quiebres cercanos, donde se abren dos paralelos
tanto no verás
hasta que decidas abandonar el círculo
para buscar un nuevo cuerpo;
¿Podrás conservar los recuerdos
de todo
a lo largo de muchas vidas?

IX
El héroe es tan terrible
con tu sangre manchada en la frente
que es quizás dos vos
o quizás decida llevarte con él
a tu siguiente cuerpo

¿Y aún tendrás el recuerdo
de quién te asesinó y ahora
con tu sangre enloquece y va más allá
y las deidades ya se posan en él
como en vos en el antes?

Y las señales para él se multiplicarán
y no oirá las voces de los otros
ya que en él y sólo en él
late el sentido más próximo del universo.

X
Él verá cien soles
y más soles
buscando la señal de si su vida
acabó o no
porque la muerte, no lo sabe aún,
la muerte no existe
y has sido engañado una vez más
y nadie se fue
salvo vos
pero nada, absolutamente nada se perdió
porque el está en el centro
de la periferia de ningún lado.

La danseuse machinale


El disparo precedió a la guitarra
luego vino una trompeta y una voz de mujer
y vino Francia y su policial negro
y su segunda guerra y su Resistance
y una voz de mujer atravesando todas las voces
hasta los pianos en los autos imaginados en otras voces, en otras mujeres

para la vuelta de la guitarra
que antes
miró a los lados por si otro disparo
pero estuvo la voz
que se dormía en el whisky
y una acordeón
y fueron dos voces
y fueron tres voces y más fueron
junto a la mujer
en la tristeza tras el disparo
(que ella recuerda ahora
en una caída de un piano por una escalera
y ell baja la voz
y es un secreto ¿y es alguien más quien canta?)

se repitieron los pianos por las escaleras
y su número
se desgarró en las voces todas
y el acordeón y esta es la última noche, muchachos
mírenme como nunca, como la luna que voy
me voy
aunque el recién llegado quiera invitarme,
siempre hay otro disparo.

Mañana


Sí, la mañana tiene sentido
una vez sentado y un sol en la ventana
si, la mañana sentido tiene
sentado una vez y un sol en la ventana
si, sentido tiene la mañana
una vez sentado y en la ventana un sol
si, sentido la mañana tiene
sentado y un sol una vez en la ventana
si, tiene la mañana sentido
una vez sentado un sol en la ventana y
tiene la mañana sentido, si
en la ventana el sol y sentado una vez.

Unos


Un cuento para cada árbol,
para cada pez,
para toda el agua, para los pájaros

un cuento para la montaña,
un cuento para el águila
para el barco, para el piano

un cuento para el rayo
un cuento para el paraguas
un cuento para el caballo
para el ladrillo

un cuento para la semilla
uno para el átomo
uno para el sonido

uno para el aire
cuento uno para el aire

cuento para globos
un cuento para burbujas

un cuento para un color
uno para otro color

un cuento para un alma
un cuento para un cuerpo

un cuento para el oeste
un cuento para el este


porqué porqué
no todo a la vez.