sábado, 29 de enero de 2011

Un fragmento de un sueño

Ese sueño
y rodar el día, inquietos
y tu chocolate esperando por mí,
inquieto de la infancia
que vine a recuperar
en ese giro
de ese sueño, de incongruentes voces
incongruentes seres de los que no sé la existencia
sino sólo tu existencia;
y los giros y los juegos esos
para tener tu cintura
en el silencio armado en las pausas de ambas infancias
y mis manos y vos entera de risa, entera de amarillo
y un poco de rojo para redondear tu boca
una mañana interminable
en que mi partida
se demoraba en seiscientos muelles.

Y ese sueño
que aún seguía.

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