domingo, 2 de enero de 2011

Círculos Imaginarios (Epílogo)

I
¿Cuántos círculos puede trazar una rama olvidada en la arena?

Da la hora celeste las doce,
da la exactitud solar sobre mi cabeza.

En medio del día y la noche,
en el espacio que se abre entre los dos gigantes
tomo la vara de los tiempos sonoros
y trazo con ella los círculos de las posibles vidas
que imaginé estando dentro de ellos,
en la arena, en la simple arena.

II
Apenas había sentido un halo de tiempo en mi mano
cuando alcé el color que reía dulcemente
entre destellos frutales
que se sostenían lejos del suelo.

"Bienvenido a los sin forma;
para seguir tenés que adoptar la insustancia,
la olvidada esencia que nadie intenta recordar
porque donde no había pies
no había fuerza aún"

Habló el color
y no hallé la sustancia del sonido.

La cavilación solo me enterraba en la arena
y el color se expandió en el aire
y con la voz llamó a las estrellas
que se aproximaron a ver;
lúcidas de día, cálidas de silencio.

Solo esperaban
el espectáculo
en que abandonara mi cuerpo.

III
Pura sustancia inquieta
que no hallaba reposo sino en el avance
hacia la inalcanzable fisura
que había entre los brotes del tiempo.

Pura emanación de la sonoridad clara
juntando mil distancias
e incontables desniveles de fronteras
que todo tocaba a la vez.

Era todo a la vez que nada
pero sabía del momento
en que esos dos extremos temblaron
en la huella de mi vaivén etéreo.


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