martes, 31 de agosto de 2010

Un día de un hombre de campo (De Carlos Torres a Cristóbal Torres)


Casi no aprendió a leer ni a escribir. La responsabilidad de su familia, sus miedos a enfrentar lo desconocido, como la ciudad, la esperanza de tener una vida mejor para sus hijos, sin la dureza del monte chaqueño.

"Hoy es un día como los 365 del año, estoy sentado con el mate amargo en la mano derecha, la pava en la otra mano, al costado el fuego bien prendido de quebracho. Son como las cuatro de la mañana, ni pienso que es lo que tengo que hacer, los músculos sin recibir órdenes ya lo saben. Salgo a buscar lo caballos que están en la pequeña chacra. Cuatro caballos de tiro, fuertes ellos, ya me están esperando; les hablo como todos los días, les cuento cosas, lo que se me ocurre, hasta parece que me contestan con algún soplido. Vuelvo caminando junto a ellos, los preparo, los ato al carro y me esperan. Ya la patrona me está preparando la comida para llevar; los chicos que me acompañan son dos, me da tanta pena hacerlos trabajar, pero solo no puedo. Apenas está aclarando, salimos, estamos como dormidos los tres. Los caballos conocen el camino. Vamos entrando en una picada, allí nos esperan allí nos esperan unos árboles enormes que tenemos que voltear. Tenemos que hacerlo a fuerza de hachazos, pelarlos, cortarlos y luego cargarlos sobre el carro.

Voy camino al pueblo al costado de los animales, siento la fuerza que hacen al tirar del carro, me imagino los kilos de madera que llevan pero no puedo cargar menos porque sino el viaje no rinde. Paso por la balanza y me dan un bono el cual cambio por mercadería. Todo corresponde al mismo dueño, no me quejo aunque todo sea muy injusto.

Vuelvo a buscar a mis hijos que me esperan para volver a casa, están todo el día en medio del monte. Como ellos, yo también estoy cansado. Les cuento que llegó carta de Buenos Aires. Nos escribe su hermano mayor, que hace casi un año está trabajando allá. Cuenta que es otra vida, está muy entusiasmado en llevarnos a todos. Dice que alquiló un lugar donde vivir y que hay diferentes oportunidades.

En casa todos contentos al enterarse de la carta, yo sigo pensando. Estoy llevando los animales a descansar y pienso en voz alta, hablo continuamente. No sé si es por el cansancio o es que me están escuchando, pero los animales no hacen ningún ruido. Salgo, miro la oscuridad, escucho el silencio, armo un cigarro y luego otro, ya están todos dormidos, sé que esperan mi decisión. Yo sigo con mis miedos y dudas, nunca hice otra cosa más que trabajar en el campo, sembrar, cosechar, andar a caballo... Vender todo para irnos es lo que me cuesta, por el cariño que les tengo a mis animales; desprenderme de mis caballos después de tantos años de cuidarlos es lo más doloroso. Pero pienso en hace un par de año cuando tenía varias hectáreas sembradas de algodón y la sequía y la peste (la oruga) me hicieron perder todo.

Sin darme cuenta son casi las cuatro de la mañana otra vez. No pude dormir, antes de levantarme le pido a Dios que me ayude, la decisión está tomada.
Mis hijos merecen una mejor oportunidad."

Es


No es en el viento
no son cintas amarradas a la orilla
no es la hierba ondeando a lo lejos
no es el borde del mundo indeciso
no es una luna dormida en el agua
no es un ave mediodía
son cintas amarradas a la orilla
no es la mañana de sábanas en el techo
es el borde del mundo indeciso
no es la noche cansada en la ventana
es un ave mediodía
no es la cascada de soles
es en el viento
es

tu cuerpo

ondeando las orillas dormida en el agua en las sábanas mediodía de soles ventana indeciso mundo dormido en el agua en el viento

en el viento
en el viento...

El techo o el cielo

¿Es el cielo un techo?
Entonces, puedo tocarlo,
puedo subirme a ver más allá
(el otro techo tal vez sea)
y si lo pudiera escalar, te estiraría la mano
para que me ayudes
a seguir subiendo cielos

con solo tu nombre
tallado en el aire
me bastaría para sostenerme
y dar otro salto (¿O es esto un vuelo?)
(¿Es esto el cielo para el siempre día?)

Es el cielo el color
que imaginan tus ojos para esta vez
el deseo claro del ascenso en el azúcar
de la voz, el concierto de manos
amarrando átomos
formando aves de papel

El cielo no es techo
sino el sostén de tu nombre
para cada flor
que espera la lluvia.

lunes, 30 de agosto de 2010

Respuestas

Trato a todo cascada
trato a todo caída
que todo tela
que todo suave en el pasar inexacto del agua, de cosas amadas por el viento

intento todo suave para mi terciopelo alma
de un rato del cómodo sillón sobre la cabeza

y caminar el techo y aguar los pisos

sin preguntas sino las respuestas
a lo que nunca se preguntaría

aunque me es bien difícil estar así tanto tiempo
sino un rato para estas simples palabras
en que no puedo
extenderme más allá
de cuando cruzan la puerta con una pregunta.

Dimensiones

¿En qué dimensión está tu pelo?

¿En qué dimensión está tu pelo?

¿En qué dimensión está tu pelo?

¿Dónde está la intersección entre las galaxias
en la rotura de las estrellas?

Trato
de despeinar la casa
trato
de descafeinar el cielo simple
tratando voy
por las sábanas de las cosas
pero no me sale
no me sale saber de dimensiones
para buscar
tu pelo a la vez que todo cae

¿En qué dimensión está tu pelo?

domingo, 29 de agosto de 2010

Catedrales de aire

Catedrales de aire
sobre las cabezas de los todos
en donde
una dulce anciana relata pastos y soles
y hombres sabios y mujeres dulces
como en una inocencia primera
bajo un árbol de verano

Acaso pudo parecer el único árbol del mundo
bajo el cual sentarse.

Catedrales en el aire
donde los niños entonan alegres melodías
y llenan de colores el lugar indeciso
que se confunde entre el cielo y la roca.

Acaso las únicas voces posibles
en la primavera del mundo.

Catedrales de aire
de las que mi abuela me contó
de cuando nadie miraba el suelo.

miércoles, 25 de agosto de 2010

El topo de Doris I



I
Crucé los zápatos y la música y volvieron los disparos de a tres y uno de a dos
mientras mezclaba méxico entero con una catedral fumigándose
y las dos músicas se trenzaron en el aire
hasta que una se hizo cuadrada y cayó como un bloque
arrastrándose cerca de mis pies
y pude ver a la distancia tanta distancia si lo último era el horizonte
pude ver pude jugar con mi espejos a la luz
jugué para el caballo
y el jinete se avino en silencio aunque mi risa
era de las cosquillas de la música mis pies.

II
Y no le alcanzaba el agua
para vender a la muerte
e imaginé la escena, sabiendo que la vería por la ventana
sabiéndolo me negué y la retuve en mi mente
como no era o tal vez muy tal vez si

III
El globo comenzó a desinflarse con las ovejas gritando detrás
y la arena era irreal
aunque las ovejas no
y se dió el duelo en un lugar siempre melodía mediodía
cuando el globo se calló todo
y la danza de espadas ya no, de pretérito ego
en la mejor luz irrisoria del mundo de los predestinados,
a estas espadas tan sin forma aparente

y otros cinco hombres desde el agua
cuando uno los creó de palabras última nomás
las que no sabemos
que dejan la huella de átomos abolutamente nuevos
nuevos en el camino alargado del otro de allí al final

IV
Y una danza
con mujeres imaginarias

hay unas plantas con forma de mujer
hay una nube con forma de mujer

pero no existe
no las creé aún de la imaginería
porque no pensaba claramente la forma entera
y se me cerraba
el ovillo incandescente arrancado al fuego
y así no
así bailé con el aire
el aire mujer, el tonto aire del tonto yo
inútil en las deshoras
de crear la física primordial de cuando niño.

V
Hay lugares circulares
donde el diablo no puede robarte el alma
porque dios no se acerca y allí
tu maldad primigenia se estremece a sí misma
en el impulso a trepar todos los círculos
aunque desemboquen en la simple melodía siniestra
que te acompaña a todos lados

y sos el más cercano a aquellos dos inexistentes
que si ellos si
siempre estarían mirando
olvidando los arrodillados a montones
que no tienen nada para decir.

VI
Organizaste un círculo de hombres ahora
armaste el círculo para una muerte

y el círculo más cerca
cuando tu alma es la única en consideración
troquelada sobre los cuerpos de almas troqueladas
que tienen cada explicación a la vista.

Las carrozas que ves ya
no son las alegres partes de una fiesta
sino la conciencia de un quiebre
que divirtió a las multitudes
que ahora se emborracharán
y bailarán sobre tu recuerdo
dejándolo guardado en lo profundo de la tierra.

Y el héroe llegará
como consistencia misma de tu existencia
y la diversión de los aires.

VII
Siempre querrás elegir el escenario de tu muerte
siempre será el círculo para volver una y otra vez
a cada lugar entre las esquinas inexistentes
que te empujará a la siguiente inexistencia
que tu fantasma sabrá alzar como una corona.

Las carrozas que ves ya
no son las alegres partes de una fiesta
sino la conciencia de un quiebre
que divirtió a las multitudes
que ahora se emborracharán
y bailarán sobre tu recuerdo
dejándolo guardado en lo profundo de la tierra.

Fuiste dios al final
cuando ya no pudiste crear nada.

VIII
Y hay tanto que no verás
todo el desarrollo inmediato del universo mismo
en los quiebres cercanos, donde se abren dos paralelos
tanto no verás
hasta que decidas abandonar el círculo
para buscar un nuevo cuerpo;
¿Podrás conservar los recuerdos
de todo
a lo largo de muchas vidas?

IX
El héroe es tan terrible
con tu sangre manchada en la frente
que es quizás dos vos
o quizás decida llevarte con él
a tu siguiente cuerpo

¿Y aún tendrás el recuerdo
de quién te asesinó y ahora
con tu sangre enloquece y va más allá
y las deidades ya se posan en él
como en vos en el antes?

Y las señales para él se multiplicarán
y no oirá las voces de los otros
ya que en él y sólo en él
late el sentido más próximo del universo.

X
Él verá cien soles
y más soles
buscando la señal de si su vida
acabó o no
porque la muerte, no lo sabe aún,
la muerte no existe
y has sido engañado una vez más
y nadie se fue
salvo vos
pero nada, absolutamente nada se perdió
porque el está en el centro
de la periferia de ningún lado.

La danseuse machinale


El disparo precedió a la guitarra
luego vino una trompeta y una voz de mujer
y vino Francia y su policial negro
y su segunda guerra y su Resistance
y una voz de mujer atravesando todas las voces
hasta los pianos en los autos imaginados en otras voces, en otras mujeres

para la vuelta de la guitarra
que antes
miró a los lados por si otro disparo
pero estuvo la voz
que se dormía en el whisky
y una acordeón
y fueron dos voces
y fueron tres voces y más fueron
junto a la mujer
en la tristeza tras el disparo
(que ella recuerda ahora
en una caída de un piano por una escalera
y ell baja la voz
y es un secreto ¿y es alguien más quien canta?)

se repitieron los pianos por las escaleras
y su número
se desgarró en las voces todas
y el acordeón y esta es la última noche, muchachos
mírenme como nunca, como la luna que voy
me voy
aunque el recién llegado quiera invitarme,
siempre hay otro disparo.

Mañana


Sí, la mañana tiene sentido
una vez sentado y un sol en la ventana
si, la mañana sentido tiene
sentado una vez y un sol en la ventana
si, sentido tiene la mañana
una vez sentado y en la ventana un sol
si, sentido la mañana tiene
sentado y un sol una vez en la ventana
si, tiene la mañana sentido
una vez sentado un sol en la ventana y
tiene la mañana sentido, si
en la ventana el sol y sentado una vez.

Unos


Un cuento para cada árbol,
para cada pez,
para toda el agua, para los pájaros

un cuento para la montaña,
un cuento para el águila
para el barco, para el piano

un cuento para el rayo
un cuento para el paraguas
un cuento para el caballo
para el ladrillo

un cuento para la semilla
uno para el átomo
uno para el sonido

uno para el aire
cuento uno para el aire

cuento para globos
un cuento para burbujas

un cuento para un color
uno para otro color

un cuento para un alma
un cuento para un cuerpo

un cuento para el oeste
un cuento para el este


porqué porqué
no todo a la vez.

Uno


Se empieza por el uno
para cada lugar
para cada célula
y en el fondo está el espejo
expectante de los cien más espejos
y de los espejos miles
esperando en el techo

y la habitación se abrió para nuestro círculo
círculo piedra rozando el sol y rozando más
y se repitió en los ladrillos
al preguntar
el nombre los espejos
cuando tantos cristales caen afuera

tantos tantos cristales oimos en el quiebre hierba
alzados por el rocío invisible
que de tanto que extrañamos al acariciar la pared.

La habitación se extasía hacia abajo
del centro, del trono inexistente
al que un día alcanzaremos el fuego

porque

se empieza por el uno
y la paz está al final
antes del recuento.

domingo, 8 de agosto de 2010

Canto y lágrima

A la vez del canto
a la vez de la lágrima
es que me llega el sabor
de pasos lejos
el aroma
de unos simples metros
el sentir
de los veinte otoños atrás

y se me mueve el piso
y se me mueve el alma

a la vez que la lágrima
sin decirse
sin soltarse de la voz
me llega
de los simples pasos y metros
el canto
y la madre encontrada sola
en el patio de atrás
recordando el sol
y la luz más lumínica sobre la piel
y sola
y hojas y tierra
y luz sobre la piel
en el antes de ser madre, en el imaginario
de rozarme así para que la busque
en ese mismo lugar...

Entre el sol y una canción (a Muti)


Y ella se paró frente al sol
a recuperar el canto de hoy
de los después cuarenta años

Se acostó en dirección al sol
se sentó y midió la distancia
en la penumbra de un cigarrillo

Se paró frente al sol
y se confundió con la cama
que no podía imaginar sino
solo el sol cayendo árboles y hojas

Y las manos para pájaros
en el instante del sol y los árboles
de la inimaginable cama aún
y de los niños dibujados corriendo en el árbol
imaginados sí lejos del cigarrillo
que en ese momento se iba perdiendo

y por mi ahora desde entonces
al tomarme en su pecho
soltó lo que del sol quedaba...

jueves, 5 de agosto de 2010

El charco espejo


I

Yendo de charcos
a la otra dimensión, espejada de esta lluvia ida
a cuando la lluvia comenzó
y sin salpicarse ser todo agua en todo lugar
en todo cuerpo, vistiendo la distancia
de todo lo que en esa lluvia
no nos animamos a hacer.

II
Y se preguntaba
por estar así sentado cuando la lluvia se estaba vistiendo
de fin de tarde;

se preguntaba de banco, de blanco
y de oscuro saco se preguntaba
y se miraba inquieto en ese charco a un lado
donde caían las hojas del diario de anteayer.

Se preguntaba
y se respondía
en la mirada
que cesaba
cuando la lluvia
se iba por un instante...

III

Barrió las llaves
se perdieron los secretos
que tan sabidos
se guardaron los vuelos las aves

la lluvia
recomenzó a unos cuantos
recomenzó
a unos cuantos todos...

y el charco
espera a quien quiera el espejo
de hacer lo que no el miedo...

Un dios


Y una broma se le escapó a un dios,
sin quererlo
y creó nuestra piel para el sabor
y darnos el sabor del metal
para esa piel
y darnos el sabor de tanto
para tan poca porción
que nos aplasta
al intentar asir
todo eso que dejó desperdigado
para luego decirnos que no
y seguir la risa inabordable
que ya es algo serio.

Viejo palacio roto


Uno a la vez un palacio de arenas de tiempo
uno a la vez, tiene su historia
para los soles santos
para su cuento imaginario que de tan así es la piel
tanto imaginario que a la piel
y los dramas infinitos se nombran
por vez única
en el palacio ya viejo que para todos
y no alcanza el tiempo
el tiempo de sol el tiempo de luna
para tanto que somos todos capaces
en este devenir de pieles y sabores
que ansiamos lanzar a los cielos
para la lluvia última
para el siguiente palacio...

Lluvia en las islas aéreas


Te encontraba en cada desnivel
en cada isla aérea de paso
por si llovía allí, era incesante mi búsqueda
de esa lluvia sobre el sentido de las idas
hacia el delante
hacia tu costado para mi darme vuelta
y correr
correr cada lluvia
cuando todos huyen
y solo nosotros
sabemos que ahí adelante
en el salto
está la otra isla
la otra lluvia
y delante
la otra lluvia la otra isla
para no detener jamás
el sabor a lluvia en los labios.

Gigantes


Gigantes más
más más más allá de nuestras manos
que no alcanzan las medidas de lo gigante
lo gigante que nos mira en silencio y nosotros
lo gigante y nosotros incomprendiendo
a los gigantes que hemos confundido en las eras todas
que ni las manos de miles
ni las manos de millones
pueden alcanzar lo gigante
y nuestro tiritar
de solos en la inmensidad.

Ida del tiempo


Intenté el brazo de la eternidad
para todo tener cerca de la piel
tan cerca de arremolinar las sensaciones
y soltarlas para alguien al pasar
y así tener un otoño y unas hojas amarillas
para reescribir un cuento para alguien
que leerá en la mañana de las sábanas
cuando sepa que hay eternidad
y se pasa
de Cuervo Blanco a quienes sean
que yo la vi venir
de antaño, esperando
revivir ese halo de misterio
y difrute;

a Cuervo Blanco fue
y seguirá y quiero seguir
esta inquietud de sentidos
arremolinándose
para un siempre
un eterno
que está allá bien adelante.


Visión


A mis desojos desojos
desojos para no verme reverme
sino en los umbrales de la mirada
atado con cien horizontes borrosos
que se repiten achicándose;

será la canción que salve el alma mía
porque de mis ojos ya desojos
ya nada puede en el auxilio azul
aterciopelado de plata
ya nada puede
puede.

Mirada entorpecida buscando este
este mismo lugar buscando sin encontrarlo
entre dos repeticiones
que no puedo separar.

Noche suelta


I
El universo me empujó
y soy de islas manos;

entrecerré las libélulas
para por si tu alma
y tu carne alma.

II
Si acaso me desnudé en otro acaso ocaso
me fui a cincel por arma pura

y es así que en la refórmula
me explico en tu cercanía

para por.

Cuaderno celularístico




















I

La apoteosis cósmica me tomó en sus manos

II

Trasalfiles numeboctos;

entransfilié nonanieves esdrújulas
por nona nieve de trafalgar...

se tumultuó el descaro y
múltiples arcos se entumecieron de desrazón
por tus flores que acá no ya
no
peroNO

III

No intacto para mí
no más nieve no more síes
ando tan tumefacto que ni los escorpios
ni el abedul
ni el crisantemo.

Y el error de las flores al ser inexactas
para el exacto
exacto humano o al revés.


IV

Perdura la linceteca.

Donde pues africa no fue para después
sino el antes el muy antes.

Adiós.

V

Dije que no gafas en este mundo de soles que quemamos
que humos que ciudades que se entretelaron
par
nuestra perdición.

VI

Transfluvial el nereido que entre antes entre
interrumpiendo las plantas
hubo alguien más,
psicologeando,

los antenió de complitud.

Y se fue rozagando las olmenas.
Y se fueron,
en la luz del mundo.

VII

Tricosamente me espabilé
aunque era temprano de los muy tarde otros.

Así que me solié de silencios
atrasportándome.

Y entre las líneas corrió un gato
por sobre el humo
que un dios decidió apagar.