viernes, 30 de julio de 2010

Lluvia persiguiendo agosto

I
No hay ventana
no hay barrera
no hay no lluvia

hay
lugares idos en el agua
lugares
deshechos en el rearme
para los que aún
en la ventana que no es
anidan palabras de entuertos futuros
y canciones repetidas de antaño
canciones rehechas
por cada tarde que se fue así
de tan pocas que pegados a la no ventana
fuimos
de tan nosotros
y tanta lluvia.

II
No sé donde el no sé
de estas aguas
agua que se cae
se cae
no se sostiene en el aire

nosotros no nos sostenemos en el aire

solo las aves, pero hoy no
hoy se guardan sus canciones de vuelos

se cae el agua, el agua
y no nos alcanzan las manos
para tenerla acá, bien acá
en un susurro
de todo va a estar bien
y la caída
no puede aniquilarte ya.

jueves, 29 de julio de 2010

Hilos

Desamarrar soltar liberar

y pedían los globos
y pedían las hojas

soltar liberar desamarrar

ansiaron los barcos
ansiaron las flores

liberar desamarrar soltar

desearon los ellos
desearon los nosotros

viernes, 23 de julio de 2010

Julio

I
Y julio se desarma y se rearma
sin noción de nombre para lo que está
en el perpetuo e incómodo telar de galaxias;

julio no se sabe a sí
como un viajante perdido
en un exilio sonoro de túnicas amarillas;

julio no se sabe invierno,
no se sabe desierto;

sólo observa
con la fría paciencia
del que busca el despertar en los demás
en busca de su nombre.

II
Se aproximó el invierno a mis pies
y así estallaron las posibilidades
de cuantos frío y cuantos soles
se cubrieron de hielo esta mañana y la mañana
de ayer
y la mañana de mañana,
todas las tardes
y de las noches el tumulto de los todos
en el frío de los pies
multiplicados lejos de mí
que aún tengo
hacia los no tengo
multiplicados lejos de mí
en las indecibles calles
en los indecibles cielos
se estalla de posibilidades
para los pies
que ya no puedan sostener nada
sólo la inútil palabra
temblando en el silencio
cuando ya no
cuando ya no haya nadie más.

III
No hay rearme mío
en el precipicio de la mañana;

me deshace el aire
creado de una duda, un miedo,
una palabra dejada a secar
en medio de la lluvia;

no tengo mi rearme
para los incontables fríos
y si así saliera
a atravesarme la piel de hielo
si así saliera
para alegrar la sangre de sentir
y no miedo y no duda
si así saliera

nadie vería lo que yace
en el frío invisible
de los que ya no estarán.

IV
Y si así saliera
para solventar las nubes perdidas a los pájaros
no alcanzaría
no tendría el vuelo para el mensaje
solo el temblor de no tener
los temblores que no puedo imaginar.

Los sabios en un pequeño círculo

La persistencia de los sabios
en la arena
y la más arena;

en algún conjuro
por la tierra
y la sal
y por el aún ser ave;

y así los sabios caminen
sobre su círculo completo;
así los sabios
aniden sólo una tierra repetida
y única en la soledad.

Así los sabios caminen.
Así los sabios caminen.

miércoles, 14 de julio de 2010

Pájaro mudo

y el no fue de llanto
y el no creó los escudos
y el no fue de una boca al aire
y del aire a otra boca

Había despertado en el ardor
ardían los ojos por la fuerza del día y
el peso del sueño;
ardía y ansiaba ese pájaro en mi ventana.

y el no fue de llanto
y el no creó los escudos
y el no fue de una boca al aire
y del aire a otra boca

Ante la ley 2.5.3.7

intenteado galaxear rocosamente
pretensiosascorriendo por
las enumeracionanciones es que reasumo
inconexiodos petrificantes
para retomerán crédulos incandescentes
ultiméreos epócales
raciociniando es que
retecontra esperado
encontrada la ópera dedía
es que la formada no hallar
para comunicación de sueltos
me atan
me atanalviejo lenguafrutalpara
reídos de la puerta solo parami.

martes, 13 de julio de 2010

Saltar

Y saltar la noche
saltar la mañana
vestido del blanco que nunca nos prometieron
que hallamos en un viejo manucrito
que nadie escribió.

Saltemos
hacia el infinito
sin detenernos
ante los días en que nos tengan que probar
la existencia
mediante lo que sabemos
que los demás ya saben.

Mareo en sol sostenido

O sea un conjunto de sonidos
si queremos
¿Sería el mismo?



Nada dicen los dioses
es el mejor momento
verano
no sé cuánto es relativo
doy unos pasos y me suena la espalda
y antes del atardecer
no somos tan valientes ya sin ellos
pero bueno
del universo cada 3 segundos
casi lo mismo que en el otro día
en que no estemos teniendo tan así
las canciones

las canciones
no sé si es cuestión de preparar el oido
es cuestión de dejarlo ser.

No nombre

Se apilaron en el borde
las cosas sin nombre
reclamando la voz que los adormeciera
tras su cavilar indecisión duda miedo locura
de correr
es que gritan
reclaman la estadía en el lujo inaudito
que las otras cosas se dieron con las cadenas brillantes.

Se amontonaron las cosas sin nombre
a aplastarse entre sí
buscando la ida
a la tierra de las lujurias de todos los días
repetidas en el viento es que les llegan
con el tumulto de voces firmes sobre las montañas
cayendo
y bajando el mar
y subiendo otra vez.

Las cosas sin nombre querían su nombre
y quisieron dejar su libertad
para los soñadores que aún sueñan
que no existe el terror
del no nombre.

Soles

Repetición del sol en los árboles;
reformulación de la forma
atravesada de cien soles antes
y cien soles después para

trescientos soles ahora

por cada escape en que corramos
sin gravedad para nuestro pesar de ataduras
de viejos barriletes sueltos ya;
y escalemos porciones de aire, suerte de nubes
que no se soñaron aún.

y así carrera de soles diluyéndose a nuestro lado
y así soles entre las carreras que se diluyen en su asiento
y así nosotros atravesando quizás el mismo lugar
que él pinta
para nuestra frágil simpatía.

Descosas a recosas


Despensación dicotiledónea me enemistó las alondras
desguardadas en el cajón
de perdida dessuperficialidad;

despensar las formas a las noformas desformas
despensar
que todo cuanto nombre se desnombre
se enluta de amarillo y se renace
en el concierto de una voz
y una palabra
que reinventa o renace
o desmuere
y atisba horizontes
yendo a caballo infinito
dando a flores el renombre...

miércoles, 7 de julio de 2010

Incorrecto velo

quiero esasábana para tod
o el cuerpo mul
ticolor
y que el suelo se
a lo más blando para mi
pie que anda cayed
no por cada cos
a que pincha

y ansina es que
quiero e
sa sábana
y me duerma
en la tienda de c
ampaña como un
napoleón que en realidad
no pero en toda
s partes

quiero culti
var aglo más al
lá de mi pacien
cia ver los tom
ates florecer (si,
florecrer) y soltar l
a lágrima por
la tierra y la
madrey que tenga
sentido el ciel
o así.

Quieor
por un ra
to congelar
el mundo un instante y estab
lecer bien la
mirada que se me
suele perde
r al
sentir el gir
o insostenibl
e de todo.
Todo me gi
ra demasiado
, ya sé ya v
i.

Qiuero desandar y
andar y vic
eversear
las latitud
es y longitu
des y soltar todas l
as aves de todas las jaulas y
quizás ahí sea cuando se
paren en mi ventan
y en toda ventana.

Quiero tant
as cosas en el
no dormir qu
e el sueño desc
umplirá para mañana.

Desnivel

Perdí escalones.
Y cuando llego a apuntar los colores
del día
ya no los recuerdo.
A los saltos voy,
demorando los pinceles,
sin escalones algunos.

Ascensión

Algarrobos escalando
por el vasto tren
hacia una nube
a reposar de
días
a desarmar el desalojo
a untar de nube
el vagón
último primero él,
hierro,
inaccesible para un cielo
que cae sobre todas las montañas
a la vez
que se escapa de ellas
a la vez
de los tonos inciertos que se pierden y llegan
y se van
y los rieles
cruzando el azul, el perlado
el amarillo, el tarde, el noche
para un solo lugar a la vez que
a la vez que.

Inexorable

Lástima
camino yerbal de un tiempo
frente a la guarnición purulenta
de las efigies, saltan los tabúes
hacia afuera
en el último bar, cerca
a la pendiente
por la cual se cae rojo
blanco pero primero rojo
hasta el desierto
puedes oír las maquinarias últimas
que del césped ya no sino pasto
que sin regar se mece en la luna
mientras esta cae
en un sin fin para el nuestro
no el para demás a los
sino que
sino
las prestas horas
que alguien escribió
para tener esta sensación
de lástima que no.

Divisiones

Y O
como si desarmar
como si s e r
así dividido de parte s
para no herir fronteras

que nacen tan exactas
para mi inexactitud completa

quiero así abrir
los puentes cristalinos
para llevar agua a los lados
de mi y griega
y del otro lado mi O
para sean que dos brazos
sean brazos dos
para anotar con cincel bien grande
con fuerza tan
tu nombre en mi separación
y un pequeño cierre
para edificar un castillo.

Manifiesto hallado en el freezer

Me obstiné una vez
y embestí contra todos los vidrios
que repetían apenas tres débiles voces
voces raspadas por el aire
siete veces por siete
que se enraizaban en la espina
y subían a mi mente
justo cuando dejaba de ver los colores en la calle
y entonces me busqué una mejor tv
y decía de las voces
que no sé si voces o aullido o qué
pero me desgarraba la mente
y todos tenían un trozo de ellas
en la muñeca
ceñida con el número de la bestia, creí ver
pero no, pues los aullidos desarmaron toda inscripción
y no se dan cuenta
de que escribo porque
ya no me escucho cuando hablo...

I

La luz inclinó su solsticio
se quebró en diagonal
para los tenues inciertos pasos
de las memorias recuperadas

a través

de un mechón,
de un simple aroma
sabor del tiempo
enquistado en los futuros.

Coloso

Cuanto la arena puede arder
fue el paso de la salida del mar
de la montaña
despierta de siglos
de caminares suaves
que cada tanto se detenían en la orilla

la montaña vio a alguien
y copió su forma
y así de brazos
y pies fue
un rostro incierto
que pisó cada lugar
en leguas y leguas
hasta hablarle a otra montaña
en el oeste
e irse al mar otra vez.

You´re so sweet

Nos imaginé
danzando en la nieve
danzando en la lluvia
danzando en el sol

así
cada lugar, tu sacrosanto venir
para estas angustias apiladas
y encuadernadas
era un retorno a las raíces
de lo que una vez
árbol fui
en mi infancia de miel.

Desandar el sendero
en la ida
que es la vuelta
y todo lo demás
que se cierra
en un futuro
de la mano de un pasado.

Has venido a juntar mis días
para armar
la más dulce historia
para un té en invierno.

Momento

El día empezó sin mí
pues yo
me debatía entre mentes
de mi mismo
mientras la noche
se desarmaba
y se guardaba a sí misma
en un cajón

y no sé en que momento
pasó esto, que yo
me retrasaba
en salvar una galaxia
mientras
se encendía el sol
y no sé,
si fuiste vos, al quererme almidonar,
la que subiste
a la escalera
sin que yo te viera.

No sé en qué momento
subiste al sol
porque
creía haberte atrapado en el sueño.

Castillo de naipes

Armé la jugada,
la discreta partida
con los dados ocultos detrás
y entonces me rozó
la ventisca
el mal augurio
de estas nubes que se ciernen en mis barrotes
y perdí la suerte
y los dados trizas del suelo hicieron
y era, en el fondo,
la arena húmeda
la que me arrastraba
pero tal vez
aún estando de cabeza
en el otro lado,
esté mejor.

Interludio

Déjame mi yerma tierra
en el inicio de los vientos
para despeinarme así
que son los días
de santificar los silencios
y las músicas nacidas de la marea
y la sal que habitan mi memoria.

Solo un triste ropaje
de simples telas sin principio
ni fin
para enredar la caminata
a los vientos primeros
en la cámara infinita de los azules
y los grises
que alternan gobiernos
sobre mis labios secos.

Solo mi yerma tierra,
mis vientos
y mi yo
que alcanza a todos
en algún lugar
perdido
de la memoria.

Un pequeño instante

Un pequeño instante,
desenlazado de los tedios bajo el sol
pintado seco en un edificio

instante de apertura visual
cuando los colores se mezclan distinto
y socorren la vista cansada
que ya ni ve lo que le pasa por delante

instante de sacar astillas del alma
bordada de dibujos incompletos
que se caen
para volverlos a armar

instante en que sé
que estás pasando cerca de esta galaxia.

Ego

El yo cansado
el yo cansado de rebotar
el yo cansado de rebotar en las paredes

que

pretende quebrar los cementos
los cementos
los cementos de la inlibertad
que ha comprado
en la feria de las vanidades
que está todos los días
frente a casa.

El yo que quiere hablar
y gritar en la electricidad
en la que no nos podemos ver...

De los vicios

Cuando quise
suicidar mi viejo yo
no estaba la piel
para ser sacrificada
ni la carne toda
sino
esta integridad
que nace en la mirada
y se desarma en los cabellos
y se escapa
en las bocanadas
del infecto humo
que mitiga
los alcoholes insanos
que decoran
mi habitación más ansiada
donde
quemo las hojas
que vuelan hacia el techo.

¿Cuánto?

¿Cuánto era que
viajamos?
Pues
me dejé ir
de árboles
en un viejo lugar
que creí ver
otras veces más
al pasar
por una película
o un cuadro
o simplemente
al dormir
y viajar
otra vez
sin saber
donde era exactamente
o si
será el último lugar.

Saltos

Encontré
de casualidad
tus planetas perdidos
y
miré tus pasos
y sentí la sal
de tu camino
bordeado de gaviotas.

Corrí
bajo tu lluvia
de esa tarde
y me sequé
con los frutos
de tu cerezo
y me dormí
sin contar los pasos.

Salté
me fui
a otra galaxia
siguiendo
tu estela de plata
colgando de otro planeta
y es así
que salto
que no llego
y no importa
el salto que dé
siempre sé
que salto
cada vez
un poco más.

El preciso instante

Herido de puentes
caído de amaneceres
de lanzas esculpidas
en todos los ayeres no nuestros

Puesto que este sabor
viene del tiempo
de nuestros quehaceres celestes
y las diligencias de diamantes
de aquello no nosotros

Es así con
las caídas
de todo
lo que rueda
a nuestra pequeña casa
llena de lluvia
y llena de sol
a la vez
que se entrechocan
de así
que destrozamos el techo...

Nada

Cuando ya no
las pinturas se desarman
en nuestra taza

cuando ya no
corre el aire
alzando esas hojas huérfanas

cuando todo
está amasado
del mismo frío descolor
en el color
que hubimos
algunas otras veces

he ahí el temor
de no dormir nunca más
y encerrarse
en la totalidad
de la nada.

Risco

Para la cabellera de la dama y
el bolsillo de la cartera o
para la dama del bolsillo y
el caballero de la cartera o,
o, o, o, o, o, o
las horas en lontananza apiladas ya
para que se las lleve señor si quiere y
esto es quizás un proto-farewell para
llevar los tristes harapos a otra parte, bajo
otro sol lluvioso, ante
otras legumbres galácticas.

Pensaba árboles, pens hojas tamb. Y si ent cuand tod stá al bord de las tard es as? As com las putr tards ciudadnas qu me esc la sollll. Pxq estranio aqllas buribuneadas con pajarós narcoleados de estasíes solsticiandoo ooo o ttan lejja nn nn nn... o...

TANLEJANOESEESTARASÍDISFRU
TANDOUNACAÍDAENTODOELDÍA

Estanque

En el estanque
hay un espejo
de agua
y las brujas
duermen
del otro lado
sobre las barajas
que en la noche
rapartirán
asi como los dones
se harán prisa
en los vuelos

y así
las viejas canciones
volverán a hacer efecto
en nosotros
otra vez
una vez más.

Siesta

Un castillo inesperado
de tus azucenas
en la siesta
me despertó.

Y nació la nube
creció el árbol
y no necesité más
que tu nombre
y el mío
y los nuestros
diagramados
en el borde límite
de las cosas
que buscan lo celeste.

Preguntas

¿Que qué es lo que soñaste?
¿Y yo estaba ahí?
¿Me asomé al menos
en el rincón
ese
donde se triangula el sol?

¿Estaba yo en tu sueño?
¿En tu caja musical,
en tu piano?

Porque
desde la vereda de mi sueño
sobre las baldosas desarmadas
los hilos de sol
el árbol roto
de todos los todos
de mi lugar
desde el yo sueño
preguntabas
y decías mi nombre
más yo salté
sobre la golondrina
y me trajo
para saber si era verdad...

Sigurros

Como ser ave en el desierto
amalgama de cristales
me enuncio en las puertas
sin atreverme a ninguna pasar

enoximado intrestúfero
vuelo de capa y salón
de sábanas y cortinas
que danzan
esperando la colina
que venga a redimir los pasos suaves
dados en los techos
aguados de esperar
y aguardo espero
giro y salto
aproximo una mirada al celeste
de adelante
de senilidad infantil
de locura proteica
de lluvias y violines

aproximo el vuelo
a las alas multicolores
del pilar azul
en el poniente
donde mis pies desmayan las sales
donde

solo donde...

Hilo

Desatar
tu nombre del mío

desenredar
tus palabras del aire

cuando asomo
ventanas y ramas
cuando
trepo los techos
cuando grito silencios

saltos
y curvas
en la caída
entre las flores
del jardín en que

no me dejabas


corriendo
estiro el hilo
el oro
las filigranas
atadas a mi costado
y a tu costado.

De primeros respiros

Me quedé corto de un sueño
de sueño o al soñar

pues
sabía ciertas gemas
alcanzaba ciertos colores
con solo
alzar un dedo
o soplar una nota
y ya

ya no

porque quizás mal soñado
o del soñar olvidado
y la experiencia
y la almohada
las sábanas

pero
antes

diamantes y otras cosas
inciertas pero ciertas
claras cual todo
al trasluz de este día
ya no
en que me desperté
olvidando cuanto
había caminado.

Ida

Como si un viejo mensaje
como si lo sabido

enumero los días
los apilo
en suertes de dados

y me despeino
ya sin viento

me soy sonámbulo en lenguaje
me curo heridas sin guerras
me soy huérfano de manos
de soles
de rios
de mares
de
lo que late



despierto de encanto
y duermo de pérdida.

Es que algo se me fue
entre los rincones del día.

Una mañana

Recuerdo
esta mañana
en un sol ajado
salpicadas las ventanas
y que al pasar
se tendían las ropas
en innumerables sogas
donde
se podía trepar

Recuerdo
a los niños
y el agua
el suelo suave
y otra vez el agua
entre las cintas
y los vestidos verdes
rojos
azules
mientras mi sueño
se apresuraba

y es que
tan al borde estaba
de la última videncia.

Escalones y peldaños (inciertamente incorrectos)

Peldaños de cristal
que crecen
en el diamante
de los soles
pintarrajeados
en un desayuno

olvidado el día
y los quehaceres celestes
se encienden los muelles
se pierden los barcos
se mueven los arcos
que surcan
el mar llevando
este pequeño recuento
de falsos soles
y cristales aparentes
que no se pueden desnudar
como las estatuas
en su nocturnidad
de soledad
y libertad.

Peldaños que crecen
en las pupilas
ajenos
a los caleidoscopios
de la piel
ajenos a los tintineos
del papel
ajenos a las sutilezas
del laurel
en las viejas frentes
coronadas de horas
y sumadas
a los escalones de abandono
que hay allí

escalones donde quedarse
hasta que los ojos se cierren
para encontrar
ese no lugar...

La no ida (a C. T.)

Lo adiviné
posado en tus manos ocultas
adiviné el recuento
de las horas que se irían
así
de improvisadas
y de faltas
de palabras.

Caminé los pasos justos
me separé
de los escalones más altos
para descubrir
que algo
muy pequeño
había olvidado

y al entrar
encontré globos
de a montones
y a mi viejo perro
correteando;
a la abuela
lavando allá en el fondo;
las uvas
enredadas al techo de hojas;
a madre
hablando sobre las horas
que en este instante iba a recuperar...

Buscando algo de que hablar (interludio de mis sumas)

En mis canciones
siempre tengo árboles
repetidos
ya sinrazón se espejan
por todo lugar.

¿A qué vienen ellos?
¿Y a qué viene el mar?
El mar
harto prendido a mis tobillos
llenos de sal y de orillas
siempre
sobrevuela
cuando intento una canción.

¿Será esa chatura de palabras
que me tiene amarrado al viejo muelle
desde donde, años ha, no puedo salir?

Buscando la alquimia del verbo
es que intento de una vez
arrancarme estos ojos vacíos
que esperan
ver la melodía otra vez...

Divergencias de la hora

De esa compulsión al enaltecimiento
nace la glorificación de pretéritas eras
incomprensibles a nuestros dedos y nuestras voces.

¿Por qué ansío tanto ESA época,
en apariencia,
la gloria de las etiquetas
y las vestimentas y
la estética toda en un ideal
inventado en el vuelo de un ave?

De esa compulsión que todos nos momificamos
y nos ablandamos
sobretodo nos
los del más o casi más ahora
de sueños de caleidoscopio.

Un no reloj

Los tiempos en destiempos
en remolinos
en cascadas de números y soles
de máscaras y lunas.

Los tiempos enredados
como sales marinas
mientras nuestro soplo
se acerca y se va.

Los tiempos atascados
en la orilla
en el instante
en que no te deje ir...
I

Puesto que hay escombros
y las onomatopeyas han desaparecido en el mar
caminaré las ciudades sin voz
calmadas de fraternidad espúrea y dulzuras atroces
como en ese sueño
que soñé
que todos nos mentíamos
y así alcanzábamos un consuelo.

Oh, vigilia atroz de luz
que me alcanzas en el límite de mi vista
para con estos almidones incendiados,
déjame cegarte a ti
pleno de soles que ahogué en un charco
aquella tarde de renuncias que me fueron impuestas.

Divina sombra
déjame tu manto de piedad
para así levitar las luces
que antaño me han cegado,
mientras estos escombros no se detienen.


II

El resultado de todas las rejas
las sangres dispersas en los nombres
de la balaustrada de mi bienvenida.

Y me han elegido mi irrefrenable compulsión
por los yogas oscuros
las inversiones de gestos
o las contradicciones de respiros.

Ay de mis renuncias puestas a prueba!
Y el conjuro de Minos
la locura fatal de mis despedidas
me espera con el látigo último.


La suma de los días

Yo sigo acá, despeluchándome de otoños,
amortajándome de cafés.

Sigo, en el plenilunio de tus pianos idos, de tus ánforas vacías.
Tengo aún un retazo de de tus pinturas de viernes a la madrugada,
una letra de canción de tus domingos desmayados.

Tengo tantas cosas en mi oro de no tener nada...
Tengo tantas cuentas armadas con la suma de tus vidas,
la cuenta de tus lápices gastados...

Me teatrizo tu venida una mañana blanca,
una tarde de lluvia, una noche de verano.
Me faltan los dedos de contar galaxias que voy descubriendo con los pájaros
que no te acordás que me diste...

Pájaros a medias tintas

Los espejos y las heladeras, la inútil magia de los botones sin pájaros en el camino. Lo pendiente es el cierre, o los cierres pero también los medios y es que siempre da la sensación de no haber empezado.

Pájaros.

Por todos lados
¿Por todos lados?

Algunos de vacaciones no así no yo que me quedo en la media tierra de los azufres y los vapores, las hendiduras en la roca y las tintas sutiles del ocaso.
Vueltas a veces, vueltas posresonancia tal vez, si acaso sea la última si acaso todo empieza de nuevo, un eterno retorno de las vicisitudes de la mirada.

Mirada.
¿Qué es lo que tengo hoy? ¿Cuál es mi riqueza hoy? No tengo mucho para darte, sólo los pájaros que me quedan...

Casi...

Casi el mismo aire
de dormido y despierto
de silencioso y vibrante
de frío y tibio.

Mientras cruzo los arcos de la ventana
para entrar en la decadencia del color
me doy cuenta
del casi mismo aire
de ese descolor.

Mientras me entumezco de tabaco y hojas
hojas vacías hojas blancas
me doy cuenta
del casi mismo aire
del silencio y el dessilencio.

Cuando me levanto y siento el movimiento
de los seres y los astros
me doy cuenta
que hay un casi mismo aire
entre este cuerpo y ese otro.

...

¿Como que de qué los recuerdos hechos están?
De futuros
de presentes
y pasados.
Alagarabías celestes,
hojarascas
y respiros en los árboles; tuyos, míos,
de las mieles de la infancia.

De nuestros brazos perfectos
en la tarde final
ese que soñé en mi dorado
y rosado de final
de leyendas y dramas y locuras
ese árbol
en el sueño
en el
precipicio de la mañana
desenlazado de burbujas
y multicolores desvaríos
de fe superflua pero fe
infinita
en tus rincones más tibios.



...

Piano y sol

No quiero caminar sobre el piano
como ella lo hacía, descalza de luna...

Me acuesto en las hojas blancas
Vacío de palabras
sino solo superfluas voces asoman
por entre mis taladros de techos
para decirme que detenga
la marcha de mi casco inestable.

Pero la lluvia de entonces
como estas teclas pálidas hechas de tazas de té

Y me retiro al rincón de sombra y hielo
a incendiar los cristales
a dar fuego a las voces
a quemar las moléculas ya viejas.

Y acaso las aves en los charcos
los giros de su cabello en el sol
los diamantes en su ventana

y las teclas que arranco

y el alcohol insano borrando las tintas
pasadas de agua y hervor necio
en el rincón polvoriento
que nadie toca.

Idas y vueltas de una tela

Puedo enumerar tus rincones
yendo así de somnolienta
a desenlazar las telas
descansadas de mi pan
que salta húmedo de una lluvia pasada.


Te puedo enumerar en tus idas de azúcar
tus dolencias de las no alas
tus amores de los saltos
buscando ese lejos
tan lejos pero de regreso
para contarme cosas.

Enumero tus miradas
guardadas entre tus inquietudes en la taza
entre los no me mires y las mangas
que escondían tus manos difusas
de tanto sol y tanta lluvia.

Hay, en fin,
un lugar en mi rincón favorito
que te prefiere así
tan desmayada.

Brazos

Si, nuestros brazos perfectos
en las caídatardes de los tés
en los bosque de sonámbulos nuestros,
nuestra clara simpatía para con todo
lo tocado por el sol.

Sí, los brazos perfectos
armonizando las telas
colgando de las ventanas,
diagramando palomas
en los techos insospechados.

Nuestros brazos
nácar insoslayable del panteón
dormido en nuestra isla aérea,
nuestros pastos sueltos
desarmando las montañas.

Brazos los nuestros
izando las velas azules
para fundirnos a él a él la
inicio y fin de nuestro corpóreo pasar,
hijo de nuestro deseado atardecer
con nuestros brazos
enredados como el más hermoso nuestro.

Algunos ojos en el pasillo

Hay un iglesia que por dentro llueve
hay un pan que se moja
hay una tela que escapa por la ventana

hay al pasar de estos vicios
alguna raíz vertida por algún extraño pasado
del que no sé contar sino sólo hojas
reverdecidas en lo lejos
de no encontrar caminos
sino solo oberturas
encierros de árboles
que te hacen sentirte así oculto como lejos
de toda humanidad que bulle así lejos

hay una casa al revés
con puertas en las ventanas y al revés
se desarman las esquinas por el viejo ese de las bicicletas

y por preguntar
a los jardines y las ventanas amplias llega madre
que no puede completar el cuadro

hay un cielo que se cayó en el agua
y hay una caída así
que nos repercute en las alas
que una vez teníamos
esas veces de amigos de los pájaros

y esos jardines de invierno
esas maderas que repetimos en algún lugar
sin saber nombrar sino por los demás
esa cosa que es un algo y

hay cosas que no quiero explicar
porque esa inconexión
de la no sé qué mi vida pasada o mi niño yo
pretendo decirla
con el último aliento.

Pequeños yerros del desvelo

Las tontas invocaciones del pan
y de los puertos
en algún final de esas malas películas
que siempre nos gustaron.

¿Quién no se vivió en esos finales de hojas y soles?

Yo que renuncio
yo que me inmolo
por estas cegueras fortuitas
que me tocaron en suerte.

¿Quién no se cegó de vacuidades?

Este ser irrespetuoso de mi mismo mi yo
que renuncia a las dádivas del clemente cielo
que ilumioscurece de finales
en que yerra el disparo final.

¿Quién es, al final, capaz de arrojarlo por la ventana?

Yo sí,
pero mis espejos pueden caer a pedazos.

No sé, no sé

Mi ventana da a un árbol.
Mi Spinetta da a un árbol.
Ese árbol da a mis pies.
Y mis pies a la tierra.
Y la tierra al viento.
Y el viento al mar.
El mar a la sal.
La sal a un puerto.
El puerto a... a... No sé dónde...
Ni me importa
mientras pasen
los
árbolSpinettapiestierravie
ntomarsalpuerto...
Y si quieren
volver a empezar...

Poema explicado: Se me consume el último Lucky Strike...

Y el último se va
como un soplo
en decadencia de anocheceres
como un halo
de ruindad
de ventisca gris
de los que ya no esperan
sino las turbias idas y vueltas
desde
el equinoccio del cinismo.

Adiós ardor de esta sangre
bienvenidas las sábanas
que cobijan
the end of nights
we
tried
y eso
de adiós hasta mañana
del eterno retorno...

Símil a un anciano

Y acaso esos fracasos
de ventiscas y árboles
acaso esos días
soñados de otros sesentas
y setentas
y ochentas
se desmoronan
se trastocan
en otro viento más fuerte
en otro vendaval
porque acaso los años en los hombres
desmoronan las ideas
entonces
no me ataré a ese sueño ya
para repetir las caídas
y los vendavales

no

ya no

sólo me quedo
con juntar cuadernos

Soplo

Se sentó en el aire
y miró los dodecaedros
miró los intríngulis
miró los caleidoscopios

y se cayó del aire.