miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cicatrices en el alba

Los destrozos de la noche
se incendian;

el alba devora dos vidas,
dos seres rendidos al desmayo,
al abandono de los cuerpos,
y el alba lento,
el alba entero en los dedos del alba,
besa los sueños tardíos
a destiempo del círculo solar
que las almas siguen
con la pesadez de los días
interminables
de iguales
e iguales.

Saliendo del tiempo,
caminando los brazos del aire,
despertando a los pájaros
con suaves voces antiguas
de las realidades rotas
con los niños
              pulsando
                             las cuerdas
                                                  claras
                                                               del átomo central
                                                                                             de la existencia.

Salgamos
con los cuerpos a punto de caer.


sábado, 8 de diciembre de 2012

Los Soles Extraños

I
Las laderas de las montañas,
las murallas en el horizonte;

los grandes palacios rotos
de épocas diversas,
de tiempos roídos;

al atardecer que repite la hazaña;

los hombres que sienten el viento
en todo el rostro
y recuerdan que tienen mensajes

que mañana van a olvidar.

II
Los tiempos
de cuando los días acaban inexorablemente,
cuando mueren en el vacío de la existencia,

cuando el atardecer muerde las sombras de los solitarios;

los tiempos se escriben
para algunos locos
que cifraron los aires en alguna extraña caja musical,
de formas diversas;

pero la melodía late certera sobre la sangre,
que se entibia,
que se duerme,
al atardecer
de atardecer
y de símbolos solares
escritos en el cuerpo

y la resurrección de mañana,

tan mañana
que abandonamos los cuerpos
para regresar en la noche.

III
Los serenos duermen con arena en los ojos
y olvidan los territorios firmes de piedras,
abandonados a un exiliado desierto blanco
al límite de las formas conocidas
de los días
que marchan hacia atrás.

El tiempo
y el remolino de los sentidos

nacen de las manos más quietas.