martes, 29 de junio de 2010

El color baja de la campana (A Gise)

Pudo una campana
acaramelar la lluvia
para la partida
de los que huían
sonoramente
al paso de las risas
repiqueteadas de agua;

el fin de fiesta se iba así
en camino lluvioso
para saltar sobre cada charco
como aquellos regalos blancos
en la clara simpatía
de empezar a utilizar los pasos
para algo...


Y vos delante
con tu vestido
y tu color
y esa risa centelleante
que ningún libro...

lunes, 28 de junio de 2010

Viaje




I

Y el porqué
no pudo soltarse en el río;
se enfrascó en la ribera
y no se atrevió a saltar.

Pero alguien oyó
y del olvido trajo
un barco derruido
para aquellos que...

II

Y se detuvo en la espuma
lejos del sol
se humedeció tarde en la tarde
y bajó él
a juntar las piedras
para armar el tótem
que le habían requerido
allá lejos
le requirieron
todas las piedras
que sin detenerse pudiera hallar.

III

Barco
y la vela flamígera
que no se detiene
que el viento no abandona
barco incesante
en busca de una palabra
perdida en el viento
que ya las rocas no sirven
nada se halla bajo ellas ya
barco para llevar los desvelos
a algún lugar
donde tengan algún sentido.

IV

Tarde en el día
de tan día noche
en la vela más alta
bailó la bruja
que lo adormeció en la visión
de todo lo equivocado
y le hizo ver
que sus dones ya poco tiempo
lo habitarían
y no
y durmió ya no
no durmió más en la prisa
por retener al menos las palabras suficientes
que pronto olvidaría.

V

Buscó la isla sola de mar
la isla en la mañana
o tarde
o quizás noche impredecible
en que se tiñera rosada
para el abrazo perfecto
que soñó que
relataba en pequeños esbozos apenas
sin dar con la forma
elocuente de una historia hacia un fin
que lo retuviera un poco más.

VI

Se extendió en la proa
se desestimó de cuerpo
y bajo las golondrinas inacabadas
trazó un rostro de nubes
para confundir el alma
tras la tarde de licores
y sacar la impureza de las entrañas
aunque sólo
si eso del irremediable
nombre
repetido por cada ave
caída en vuelo iluminado.

VII
Preguntó al viento
preguntó al mar
preguntó a una nube
preguntó a un ave
preguntó a la madera
preguntó a la vela
preguntó al sol
preguntó a la luna
preguntó al simple aire que no corría
preguntó a la espuma que escapaba del mar
preguntó a todo cuanto allí en su barco
preguntó por la posibilidad
por si una historia así
pudiera relatarse
para algarabías de las ellas
que, iluminadas,
pudieran sacar de su luz
un dulce relato
comenzado con su nombre.

VIII
Dió con el nombre
la forma última
que solo esbozó en largos sueños
interrumpidos por los escapes
que le infundía el cielo cambiante
y las tardes en caída.

Oyó el nombre
lo alcanzó en el viento
y se perdió saltando
del barco a unas nubes
en suave ascensión
hacia donde no lo vi más

y aún espero esa respuesta
para su dulce cuento
si dulce al fin me salvará
de todo lo que no deseo que sea...

Sobriedad del sueño

No pude entender el viento
finalmente
puede ser que

de aire
que ya no sostenían el palacio
de los hilos ajados
me dijiste
de ya siento
del ya sentido
para decirme
a luminecer tu propia letra
con todos tus nombres
a llenar mi pizarra
a arreglar tus tazas de alguna vez
con tu último vestido
y entonces viniste en el sueño...

Abrasión




La abrasión entrecerró los ojos
al alzarlo en la apoteosis
llevando la más brillante antorcha
que se pudo ver
que se pudo ver
destripando un jamás.

La abrasión lloró en los médanos
una vez de la caída
por cuanto de bello
casi esa única palabra
entre rey y poeta
que pudo destruir
solo con su nombre.

La abrasión se fue de pena
y otros más
que
ya el espectáculo más grande
que los siglos podían dar
recompusieron las tripas
y el jamás se volvió a sentar
de cómodo en su esfera.

Ejercicio copy-paste/ hágalo usted mismo


Tallé para tus pies
para que
era agua ni mar ni río exactos

tus pies en cintas de aire

tallé los bordes desparejos
que nunca terminar
para tus pies que juegos

viento
a tus pies se creó
y no sé si era el orden
para que algo.

¿Pensaste el agua?
¿Pensaste pensar el agua?
¿Pensaste pensar pensar el agua?

A tus pies
pudo caer la idea
pero el agua extraña sin fin sin forma sin nexo
pudo remontar
una montaña

A tus pies el agua
o como lo quieras
pero tallé
en la roca aérea
para que
juegues con tus pies en el agua
juegues
y sólo.

Entre Adorno y Horkheimer, un verano indio y un papel no papel

Mientras tanto las casas que han sobrevivido del siglo pasado, en cuya arquitectura se lee aún con rubor la utilidad de los bienes de consumo, el fin de la habitación, son tapiadas, desde la planta baja hasta más arriba del...




Eléctrico posado en las cejas
decadencia del mirar, ya poco margen
del color y después
la paleta obsoleta
y no tener con qué mezclar...



...techo, con affiches y carteles luminosos, y el paisaje no es más que trasfondo de carteles y emblemas propagandísticos.

II
Y un verano indio

Se equivoca cada nombre o no
o sabe
si, sabe que toda palabra
es un puente temblando
en una caída hacia el infinito.

Arena y roca,
y los lagartos
roca y arena,
para un pasar
de una nube soleada
por el sabor de una piel

ella

y las sombras caídas a lo largo
a lo largo de todo
tan todo de este pequeño
gran mundo
naciendo

ella


III
La publicidad se convierte en el arte por excelencia, con el cual...

Latió el miedo en la fascinación
pero tan solo
si pudiera imaginar tanto.

domingo, 27 de junio de 2010

No lo pierdas


Aunque todo
en los cardinales puntos
se atascaba sobre nuestros bordes

en la distancia vimos

(No)
vimos en la distancia
(lo)
impuesta por los sentidos
(pierdas)
y esa cercanía
que nos desarma
de brillos
(en)
de papel picado
(los)
de fin de fiesta
(ojos)
de lentitud en el follaje
lejano en cada casa
de cada infancia

vimos

aunque en los cardinales puntos
todo.

viernes, 25 de junio de 2010

De Alas un puente y no poder ir


Entre los dos

a retazos de aire

se desparrama
por todo lo demás
el desierto blanco
y el cielo azul
de tres lunas
en caída

entre los dos
media en su arena un reloj
que bien podría caer
sobre todo lo demás
que de tanto se nos escapa allí

pero

las manos
cada una a su lado
con una ínfima arena
que no cae jamás.

domingo, 20 de junio de 2010

pensar-saltar-fingir-pasos

Pensó el aire, pensó los aires
si se abrieran a su caída
si lo adormecieran
entre los celestes
los verdes

pensó el aire, se pensó
en otra esta vida
al saltar así
si allí otro lugar este
hubiera conseguido
ese salto
ese fingir un vuelo
esa paso
que no estuviera equivocado.
Se dieron un abrazo inexacto
por donde el sol doblaba las luces
en el recodo del viento
en la caída del agua

que no los siguieron

cuando terminó el instante
inexacto
para la exactitud
de todo lo demás.
Hipérmundo a hipomundo
por tan sólo una pizca
de deidad que lanzó una voz
a correr por todas
las sin número ya todas
calles sin número ya
y el mensaje infinito o finito
pues la humanidad de los oyentes

"apuntarás a demasiados lados
hasta que ni cuerpo desarmado recordarás"

y
el mensaje
pasó demasiado rápido por mi ventana...

Un poco de arena

Cuántas hojas en el
no
cuánta pérdida de arena

en los confines
del más vasto aún más vasto confín

en el no del desierto
entre los rostros más rostros
incontabilizando los días
arrastrando la historia desgarrada
a la que le busco fin
a la mortaja
a las hojas mojadas
en el lugar rosado
a la isla de la palabra última
entre dos bocas...

Barcos

Empezó un barco
y siguió pez
a las orillas
lejos de las amarras, este era un aire
una flama
un torrente
caido a menos
por estos vendavales
que no saben de papel corroído y ven los cabellos
y se asustan de tal o cual color extraño en la sien
o de
su extraña montura.

Así que vendaval serás
recorriendo todas las puertas
sin atreverte a pasar por ninguna.

Inicios varios o no

En el inicio late
de pájaros y otoños
descansando en la ventana;

el inicio late
con ansias de manos
hacia el barro
hacia la arcilla;

arcilla
latiendo en el inicio
junto al latido
de la mano
por sobre las cosas
desencajadas
que buscan su rearme
en la nueva forma
que late
que arcilla,
que mano,
que latido

de tantos tantos inviernos
y cuántos más
cuánto anhelar
un julio desordenado
para arreglar
las cuentas de las idas y vueltas;

un julio
un julio... ¡Un julio!
Para hacer las cuentas de las hojas
para reordenar los papeles
antes de quemarlos
o no...

Index

Metales de cruzan la forma
ante por destajos crecientes lado al
centro tras universo inasir
que legado que de costado
mi costado mi pie
ed luminaria
atrapar casas y sol llevar
sacrosanto sol por la terraza
barrilete en fin desvelo del
globo barrilete niña y soga y salto
caída no que metales
que metales
ya no barriletes
terraza en techos soles.

martes, 15 de junio de 2010

Honey Bee

Nieblas
brumas
anquilosados barcos
de los distantes mañanas
de ayeres a la vez
que
distan la lluvia
entre mi cavilar y el tuyo

distan los charcos
por saltar en las tardes
hasta
llegar a la noche
del mismo cielo
y el mismo nombre
que nos atrapa
con su red
de despertares...

Piano

Piano, ¿Por qué me seguís,
bajando la escalera
y además, en el recodo,
agregás más escalones?

Piano, ¿Por qué dejás
que se escapen gotas
entre la lluvia
pequeña en los huecos
de estas paredes viejas?

Piano, ¿Por qué ahora también
un hilo de luz,
en esos huecos,
recorriendo todos
estos escalones interminables?

Piano, ¿Por qué me seguís así
si no me dormí aún?

Azúcar

Irradiando
primera la casa
y
luego
lo que sigue
todos lados
de dulzor

¿Y azúcar es
rondando mi mañana?

Nota de sal
y pizca de mar
como si
mi viejo barco
anclado
viniera.

Pero azúcar
desenvuelve
las hojas
asciende
los cuadernos

asciende
la hora exacta

y

me zambulle
en la melodía.

Pizca

Cerca

átomo a átomo
se desenlaza
la inquieta locura
del movimiento
del no pero sí
hay un algo
una perdida llamada
colgando del árbol
un silencio no dicho
que atrapa
inconexos quizás
así de dejados
a secar en la ventana.

movimiento del sí
y recupero del no
en el mismo lugar
quedándose en una historia
referida siglos ha
que te cuente tal vez
alguna vez de estas.

Infancia

¿Por qué
de niño
tantos árboles?

Acaso
aquellas grandes ventanas
donde entraba todo el jardín
enredándose en la escalera
salpicando las cortinas de una canción
que no recuerdo ya

acaso las ventanas
donde avanzaba el jardín
y ya el encierro
no existía
en las baldosas soleadas
y en las ramas cantantes
donde mi canción iba trepando
para que yo la buscara
en el techo

y ya en el techo
las telas caían
y la nota
que salvara mi alma
cayó
a lo largo de ese árbol
que
desde entonces
se sigue expandiendo.

Atisbo

Atisbo
del contraluz
cayendo
por las baldosas
en la pendiente
solar
de no sé
si tarde o mañana
pero cerca si
de lo que es hoy volver
a buscar
esa hora exacta

cerca iba la luz
pincelando los bordes
hasta desaparecer
o casi
las maderas
que sostenían
el lugar
y entonces
yo caminaba
la luz
descalzo de niño
dormido de vivo

caminaba
las baldosas
quebradas de luz
y sombra
pero era
que la luz
iba envolviendo
lentamente

lento

como un centenar
de suspiros

envolvía
todo lo que me quedó para hoy

en ese sueño

o no sueño

Videncia

Me enreversé
me trastoqué
una tarde de basta ya
sumido en una lluvia
que hice seguirme

Me atrapé de charcos
y salté los cementos
y abandoné las veredas
de no pájaros en el camino.

La despereza
me pasó delante
entre los paraguas caídos
y me alzó de los pies
hasta lo más alto
a ganarle a la lluvia

y escalé nubes
y di saltos
y llegaba
ya llegaba
a donde la lluvia más alta

pero

caí en una esquina
donde una vez te ví
aunque
esta vez
dejé mi saco
y así no volví más
porque
aún hacía a la lluvia
seguirme.

Insobriedad del sueño

Y entonces viniste en el sueño
con tu último vestido
a romper tus tazas de alguna vez
a borrar mi pizarra
con todos tus nombres
a incendiar tu propia letra
para decirme
del ya no sentido
que ya no siento
me dijiste
de los hilos ajados
que ya no sostenían el palacio
de aire

puede ser que
finalmente
pude entender el viento.

Esferas

Entre las esferas
reversibles de hidrógeno
donde cada uno
viaja a su interior
entre las tantas
y tantas que se multiplican
y multiplican van horizontes

donde los tantos
tantos otros nos repiten
en sus espejos de agua
asi vamos
en la suspensión
de las aguas
y de los aires
de los fuegos
de las tierras
así
quiero interceder
en tu burbuja
para recordar
el camino a casa.

Intermitencias (a G.L.)

El ser alado
zambulle las nadas en los costados

y es que así el vuelo

de los seres que saben el secreto
que solo se ve
en un mate
en un chiste
en una sonrisa.

Inconexa tardenoche

Y la lluvia desvarío
entre soles nocturnos
y danzas incompletas
de pasos errados

pero es que
se nos fueron las agujas
y de tan idas
se enredaron
al perder
tus ojos en la partida
con las últimas gotas ya.

Y los pasos
olvidan el baile
y pisan cada piedra
sin ninguna errar
para que el domingo
se cierna con su carga
de carros olvidados.

Una montaña en medio del mar

En la montaña de los vientos
me senté
a desmenuzarme.

Nadie ya
en los redondeles
de agua.

En coloquios con el mar
y sus idas
me hallé
despeinado
y con la barba húmeda
que llevaba la cuenta
de mis días.

Nadie había
en mi montaña sola de mar.

Me senté
a dejarme
en los huracanes
que sé
en algún momento
se irán.

Nadie
para recordar
mis hazañas en la nada.

Así, de tan solo sentarme
en el azul
es que aprendí
la historia
la ciencia
y todo aquello
que pasa en el vendaval
como un soplo
de lo que ya no seremos
en algún momento.

Borde del no dormir

Mis residencias las olvido
cuando me termino de dormir

entonces
todo pasto
ya no me es

y
todo cuanto hube de amasar en mi cabello
se pierde
enredado de sueños

pero es que
me han confundido
y acaso es el depósito
de los pasados
que se entrechocan
y no puedo controlar


y es que
ya no sé
como retener
mis pequeñas videncias
que nacen en tu voz
o en un pájaro

que nacen
en un cielo que no ayer
en una nota
que se desprende de tu pelo

y que resguardo
en la caja musical de mi ceguera
para cuanto hay
de real y pesado
cayendo por la pendiente
del deberás ser.

Desarme

¿Y?
¿Ya has logrado un lugar importante en un alma?

No seas tuyo
que en el precipicio
las manos quedas son las más

Y podés abarrotar
el azul castillo
de tus tantos nombres
en el agua
tan solo
si lo querés.

Adelante
que tu nombre reverbera
en algún lugar
que no conocés
y es
el momento
de buscarlo
siguiendo el eco que nace
donde vos terminás...

Nombre

Quizás la luz
en mí
estuvo alguna vez

pero aquella vez
de la pérdida de la inocencia
cuando tu más grande falta
comprendí mi lugar
en los bordes
siempre en los bordes
mascullando mis viejos poemas
y buscando los puertos grises
adonde llevar
estos apuntes sin razón.

Un pequeño brillo


Ansío ser ese pájaro
otra vez
de tu regazo
y así
enredarme
de tus más soberbios ayeres
y tan elucubrados mañanas
despertando en las notas
que tus manos dibujan
por toda la casa
y la no casa
que se escapa por todos lados.

Sólo un aroma

Ni siquiera ese perfume
sabe de nombres
cuando pregunto
en la tarde de arena.


Me erguí capitán
de un barco invisible
de esqueletos como velas
flotando sobre mis rotas ropas
cuando partí
para volver
después de haberme alejado mucho

pero es que
no hay brújulas que detengan los soles
de seguir en sus resurrecciones
y me entumecí entonces
de gestos
de órdenes
a las caras sin rostros
y camino
los huesos de la vela
para zambullirme
en la arena
así de golpe
y seguir buscando...

Rasgadura

Ando cargando mi hacha
por las plantaciones donde aprendí
las lecturas de los astros


ando cargando
la sangre de mis manos
en el filo final
del zumbido del aire
la sangre
de las manos que arañaron la tierra
arañaron los huecos
de la caverna donde asesiné a platón
para comenzar el viaje
donde sesgaría cada hálito fértil
en las palabras aprendidas

Primero esta plantación
después quizás
sea cada recuerdo

porque cada cosa
se sostenía de un hilo
cual barrilete
que ahora mismo
empiezo a liberar...

Barrilete


Sesgando una parcela
de la aparente nada

aire

surcando la parte más alta
de mi mirada
va el barrilete
a reencontrarse
con el aparente inicio
de su único libro
y lo dejo libre
surcarse a sí mismo
en sus naceres
pero al caer

al fin

me pregunta
si no había otro final.

Caída

En la caída
de la que partimos
tenemos ramas donde asirnos
y árboles gigantes a lo lejos
donde quizás hubiésemos querido estar

arrástrame, impulso
desenvaina tu hálito frío
del no deber
para asesinarlo
con mis propias manos
que quiero caer rápido
y subirme a cuantos árboles pueda


En la caída
avistamos quehaceres no nuestros
que bien
podríamos engalanar
como un pájaro
nos cuenta seguido

Adelante, impulso,
que ya quiero llegar
y así roto aún
empapar las telas fugaces
que de las demás ramas caen.

Melodía

La melodía
late en la taza,
en el celofán,
en las manos
arrastrando una frazada en invierno,
en el celofán
detrás en que estás
solapada de tu té tarde
cuando la arrastrada frazada
pierde su mirada en los vidrios
de las ventanas inversas
por donde gustarían deambular
los barcos
y el tenue tigre sigiloso
esperando la hora en que el sol
dé el almuerzo sobre el mantel
y a su vez
muerdan las luces falsas
su último intento de verdad triste
descolorida
yendo con las aguas de tiznes raros
a perder su pañuelo
en alguna estación
en una despedida
por siempre
y ese tren
en que siempre viajes
para ser historia
te pedirá despedidas
y si así querés
las estaciones se disolverán
y sólo estará el oriente
al que nunca llegarás
arrastrando así la frazada
por entre el celofán
dejando caer la taza
porque la hora
te ha entristecido
y escuchas
la melodía.

Blanco y negro

Escribí mi sombra
en la iglesia en ruinas (1)
donde alguna vez
me habían bautizado (2)
y encendí un cigarro
y la hoguera
fue el techo que ya no estaba (3)
donde
unas palomas hacían nidos
sobre las ropas roídas de los santos


(1) y caminé las baldosas
de niño en el carnaval
que bullía lejos
y era apenas un eco en el agua
que se me escapaba en un tarro
agujereado por las luciérnagas

(2) Y busqué mi nombre
en algún escombro
para llevarme a casa
a mí mismo
el día
que me perdieron

(3) ese que se había vuelto suelo
para los de a pie
que siempre fue suelo
para las aves

miércoles, 9 de junio de 2010

Un paseo del alba



El alba se destejió en tu pelo
la mañana en que viniste
a juntar mis viejos cuadernos
cuando yo aún dormía
en el plenilunio de las palabras enredadas.

El alba entró en puntas de pies
tintineando en tu voz
de la inaudible sonoridad
de tu piel mecida en el aire.

El alba vino en tu bolso
junto a las hojas que nunca escribí
pero esperan
nuevas irrealidades
en nuestra realidad más cercana.

Alquimia del Tiempo


Encendieron las antorchas
en las torres
en medio de la nada
yo
con mi carro de olvidos
arrastraba la capa
y me destejía en la hierba
que de golpe aparecía
y después estaba en el antes
al empezar el camino
y a la vez
en esa mañana
cuando las antorchas quietas
de torres inexistentes.

La alquimia del reloj
acompañaba los pasos
en su tintineo apagado
y varias veces me ví
ayer y mañana
pero siempre
el lugar
onmipresente
al que llevaba
mi capa
y mi cuaderno a incendiar
tal vez
como una antorcha
en lo más alto.

Solar



Ese extraño sol
en el recorte de todo
lo que el filo suave
desgasta de su crecer
y así quede todo en presente
para las formas dramáticas de cada historia
donde caeremos
cuando el sol esté más distinto que nunca.

I

La luz inclinó su solsticio
se quebró en diagonal
para los tenues inciertos pasos
de las memorias recuperadas

a través

de un mechón,
de un simple aroma
sabor del tiempo
enquistado en los futuros.

Diario- ex diario


De nada sino
para recortar palabras sueltas
hacer un carnaval
de no ideas
que se vuelven tiza
de un pizarrón
para enseñar el sol;

papel y tijeras
desperdigados por el patio
cerámicas de la locura en una baldosa fría
recortando
y asimilando nombres quizás dormidos
que las palabras sueltas
de lo que alguna vez fue un diario
(fue seriedad de las estatuas)
formen sin quererlo
ese nombre anclado
a un puerto
al que mi barco va solo
en un trozo de papel...

Un pasado hallado en una nota junto a la pecera vacía


No me descongeles
para darme un tazón de electricidad
pues de eso no vive
la sonoridad adyacente a mi pétreo abdomen
ceñido de esperares
del sueño continuo mirando el reloj
como se deshacía para no hacerse
sino rehacerse
y este tazón
y me decís que no quedó nada
pues yo
tengo una semilla de manzano
en un bolsillo
pero es que durante este tiempo
se fue
ahuyentado por algo o qué?
Se exilió y me dejó huérfano de ideal
así que bueno
está bien la electricidad por hoy
pero después me pego un tiro
solo para que no me jodas
y no me vuelvas a congelar.

Sobre brillos...





De no
de no un brillo
que pudiera pacer
tu luz ya no
impoluta de nervios invernales
ya no la incandescencia
y las aristas de ese no
que repito y reasumo
en el cúmulo
pues ya no
no vos
en la esquina plateada
no vos
aunque aún
la duda
me deje la luminiscencia del oro en las manos...

Cuaderno de otoño


Cuaderno de otoño

I


Cuerdas sutiles para la hora
cuerdas de sol para caminar sobre

como en cada otoño
de plazas abandonadas
por las que ya no voy ya no iré

cuerdas y voces
voces para avisarme
la hora de dormir

voces como las de otoño cada
en que un té fue
y fue

una dulce melodía
que recuerdan las cinco am de hace un rato
un rato largo
en que formulé esta pregunta
que ya no sé si formular.