En la caída
de la que partimos
tenemos ramas donde asirnos
y árboles gigantes a lo lejos
donde quizás hubiésemos querido estar
arrástrame, impulso
desenvaina tu hálito frío
del no deber
para asesinarlo
con mis propias manos
que quiero caer rápido
y subirme a cuantos árboles pueda
En la caída
avistamos quehaceres no nuestros
que bien
podríamos engalanar
como un pájaro
nos cuenta seguido
Adelante, impulso,
que ya quiero llegar
y así roto aún
empapar las telas fugaces
que de las demás ramas caen.
martes, 15 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario