lunes, 28 de junio de 2010

Entre Adorno y Horkheimer, un verano indio y un papel no papel

Mientras tanto las casas que han sobrevivido del siglo pasado, en cuya arquitectura se lee aún con rubor la utilidad de los bienes de consumo, el fin de la habitación, son tapiadas, desde la planta baja hasta más arriba del...




Eléctrico posado en las cejas
decadencia del mirar, ya poco margen
del color y después
la paleta obsoleta
y no tener con qué mezclar...



...techo, con affiches y carteles luminosos, y el paisaje no es más que trasfondo de carteles y emblemas propagandísticos.

II
Y un verano indio

Se equivoca cada nombre o no
o sabe
si, sabe que toda palabra
es un puente temblando
en una caída hacia el infinito.

Arena y roca,
y los lagartos
roca y arena,
para un pasar
de una nube soleada
por el sabor de una piel

ella

y las sombras caídas a lo largo
a lo largo de todo
tan todo de este pequeño
gran mundo
naciendo

ella


III
La publicidad se convierte en el arte por excelencia, con el cual...

Latió el miedo en la fascinación
pero tan solo
si pudiera imaginar tanto.

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