Ella deja la mano en el vidrio,
otra vez,
como todos los días;
el calor del sol rojo
sobre las hojas,
ahí detrás,
escondiéndose,
haciéndose pequeño
una piedra
en un bosque sin fin,
una piedra en la mano
el día acaba
mamá,
volver a casa.
Ella saca la mano del vidrio.
Volverá mañana.
No sé su nombre.
Solo sé que no puede salir,
quien sabe porqué,
de verdad porqué.
domingo, 28 de abril de 2013
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