Los destrozos de la noche
se incendian;
el alba devora dos vidas,
dos seres rendidos al desmayo,
al abandono de los cuerpos,
y el alba lento,
el alba entero en los dedos del alba,
besa los sueños tardíos
a destiempo del círculo solar
que las almas siguen
con la pesadez de los días
interminables
de iguales
e iguales.
Saliendo del tiempo,
caminando los brazos del aire,
despertando a los pájaros
con suaves voces antiguas
de las realidades rotas
con los niños
pulsando
las cuerdas
claras
del átomo central
de la existencia.
Salgamos
con los cuerpos a punto de caer.
miércoles, 19 de diciembre de 2012
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