Arrastrando vendimias, la montaña se desenlazó y se fue al mar a contar historias a los peces.
Las vendimias siguieron sin montañas y sus cientas en el aire se perdieron en el mar.
Las cintas se siguieron sin hilos que se quedaron en el mar.
Todo apuntó su norte al oeste sin fin.
Los árboles levantaron sus vestidos y se fueron al mar.
Los pájaros hicieron nidos de aire, sobre el mar.
Y el mar cansado se fue a la tierra
y no volvió nunca más.
sábado, 29 de enero de 2011
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