Loas sencillas que más que simples
que más que límpidas
más que una tarde lenta
de rejas rotas por las aves
tu voz va abriendo las puertas
de a todas y a sus veces
redimensiona los colores
por los amarillos
y los blancos, más alguna nota
tendiente de rojo
y los pájaros llevan las guirnaldas
del instante y la fiesta
crepuscular
de la lluvia de mieles incansables
de un día, de mágica ventura
y timbre altísimo de magnetismo,
sonoro de tu boca,
imaginario de tus ojos.
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