jueves, 30 de junio de 2011

No hay fénix

I
Son todos fantasmas
que salen de mis dedos
mágicos con la turbamulta de escorpiones

y el ay
que sonará mayestático
inconseguible en una tarde
vilipendiado por la noche
que pesa sus barrotes
como intentando el negro
de la ausencia,

aunque esta sea incolora,
es lo poco
que el puede ver
que las mentes no dan
a imaginar el descolor total...

II
El desmayo avisa con un pájaro
en un canto indescriptible
y un color ciego
hiriendo el suelo
con toda su carga de futuro.

III
Qué podrá ahí
con los trapos y la carne...

apenas baja
para ya nunca subir
y usar toda la tierra, toda,
en expansión,
mordiendo el otro lado,
atenazando de dientes
las cosas cercanas,
deletéreas,
simiescas que apenas inician
la devolución
de todo lo que ignoró una vez
por buscar el blanco
que apenas alcanza
para un día
o una hora.

IV
El escorpión despierta
de su sueño negro
y sabe que los muertos son blancos,
tantos ve pasar, tantos ataca
por la risa final
que espera, siempre,
para alardear su ausencia
a los astros repetidos

tan repetido todo
como para dinamizar los círculos
en el vértigo de lo nombrado
haciendo grande la sombra,
llena de arena,
para los que sueltan los quejidos
en el juicio imaginario
que los idiotas han escrito para él.

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