lunes, 27 de junio de 2011

Astros


I
Llamo a los astros,
extiendo los brazos
con toda la sangre que tengo
y puedo girar con el planeta
puedo reordenar los puntos cardinales
por mi cuerpo que tanto
a extremos se rehace
y llamo, llamo a los astros.

II
Una luna luchando a muerte
en un charco, con unas estrellas
y la sangre no es,
y el sudor que no es.

La luna espada que abre el cielo
e intenta despejar la vista
de los puros celos
o de la pura videncia
de la inocente unión
de los primeros
y los últimos,
de los dos en el medio.

III
La nube que intenta ser techo
la nube que se desarma
por mi simple amenaza
y por la luna irradiando su ira blanca.

Entonces, luna,
vos y yo,
y las fronteras por cuatro
y las fronteras por miles,

mi cuchillo es tu piel misma,
tu cuchillo mi piel
¿y quién se conoce en todo su giro?
Venime a buscar
que ya estoy listo.

IV
Cuando ya no te creo
es tu sangre,
cuando borro la plegaria
es que te tomo en mis manos
y sos polvo
como mintieron de mí.

Luna, quedás en mi cicatriz
y las estrellas en mi iris,
despedazado
por ver más allá.

V
Y voy, hecho astral,
rehecho el polvo
hacia la mágica ilógica
que quiero quebrarte, universo,
que quiero doblarte
de tanta ira
y tanto otro lado de la materia
y la antimateria,
los reversos de todo
por conquistarte y romperte el llanto
en la cara, en mi dios
en la creación
del error en toda la carne.

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