en el quiebre del alma
que libere
todos los espectros
y los pinte
a su sazón de leyenda
y pululen
ya no sombríos más si lumínicos
tan lumínicos
por entre las enredaderas de los hombres
gastando el cuerpo en el sol
¡Yo los libero, espectros!
Vayan al desarme,
a regentear los escapes de suspiros
a dibujar las posibilidades
de la sombra luz,
a enumerar sin número los besos,
a sonrojar sin rojos las sonrisas
de a poco que iré yendo,
por este quedarme así
prisionero de todos los colores
y prometo, esta vez prometo
quedarme hasta el final
cuando se cierre el libro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario