martes, 21 de junio de 2011

Soles y puertas

Conté los soles
una noche de tan desvelado
que las puertas
estaban todas desarmadas
sobre mi mesa
y mis relojes sucios
de tanto abandonarlos

es que
tanto me pregunté,
más tanto no me respondí
que aún hacia ese pasado
vuelvo, viajo, viro
como el elefante que se sienta
al recuento
porque solo no más.

No hay puerta
y nadie puede llegar.

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