miércoles, 15 de septiembre de 2010

No hay bordes


¡No hay bordes!

La galería se despilfarró de ausencias
de ausentes inclemencias temporales
para la exactitud inexistente
en la irrealidad de la irrealidad necesaria
para descerebrar las encomiendas a un paseo luminoso
cual ardor enceguecido de invierno

Quise
desencadenar la luz
y no había
zig zag ni oblicuidad
no había desbordes
no había sino la exactitud de las líneas invariables
que dan nombre a un cubo extendido
de kilómetros de ausencias

ausencias de las formas que da la piel...

¡No hay bordes!

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