la mujer alzó el brazo en dirección a la cúpula de la nube y pidió una soga
un lazo en la tarde y el arco del cielo cayó con el peso de cien soles más y se desintegró la galaxia
misma en el error de los dioses que no habían llamado a la puerta correcta
¿En qué se convirtió ese hombre
luego de las abolladuras del cráneo de la infancia?
¿A qué irá esa no mujer no hombre
cuando sea grande y sea un niño?
¿A qué iremos nosotros, lejos de los pastos
y las adivinaciones que ensombrecen los santos
en esta tierra podrida que está al revés del sueño?
Nada hay para el dulce caballo que aprendió a nadar
para escapar de sus propios pies
y su no sueño modulado en las antenas humanas.
...Viento en sol ráfaga de cuerdas a destiempo destemplado el arco del cielo...
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