Pudo una campana
acaramelar la lluvia
para la partida
de los que huían
sonoramente
al paso de las risas
repiqueteadas de agua;
el fin de fiesta se iba así
en camino lluvioso
para saltar sobre cada charco
como aquellos regalos blancos
en la clara simpatía
de empezar a utilizar los pasos
para algo...
Y vos delante
con tu vestido
y tu color
y esa risa centelleante
que ningún libro...
martes, 29 de junio de 2010
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Hermoso!!
ResponderEliminarTe amo :)