Las tardes quebradas
de tanto claro oscuro
de bien los bordes,
los extremos,
las negaciones sobre las negaciones,
los puntos más lejos entre sí
y con solo ir hacia
el lado contrario
se soluciona todo.
jueves, 30 de agosto de 2012
martes, 28 de agosto de 2012
La voz
La voz impostada
de asir mi propio ritmo
en algún tiempo
que no sé
pero
me saben
me desarman
me apresan
me encierran
con una sola canción
interminable
dando vueltas
como una serpiente
sobre el desierto circular.
Inventé la voz
que hallé caída en un rincón
que otro vio vacío,
de esas casualidades,
quise la voz
como el hechizo
para deshacer todas las debilidades
y entrar los campos de la consciencia.
miércoles, 22 de agosto de 2012
Jardines de diamantes
Saltar a una dimensión
de otro color,
de otros órdenes de átomos,
De otros sexos plurales,
de otros albas negros, de lunas solares,
de inversiones y dobles mares,
sonidos con las líneas de las manos
Destejiendo las dimensiones
y estirando el tiempo
distorsionando los lugares
confundiendo las cosas
Y dejando cosas perdidas
En algún rincón equivocado.
Y la tensión En los bordes del todo Apretado contra el alma.
sábado, 18 de agosto de 2012
Los erróneos
Somos erróneos,
pero nadie sabe de los vacíos,
de los silencios,
de nada.
Somos silencio
hecho de la mudez
de los labios de bocas secretas
aún no descubiertas.
Desarmados,
uno sobre el otro,
en la historia desconocida
que nadie escribirá jamás.
Cuál es el lugar de cada alma
es confuso,
es incierto
y no importa
cuando estas manos
y estas ansias.
martes, 14 de agosto de 2012
Púrpura

Afuera
la gente cae por el alba.
Cae.
Los púrpuras adormilados de las dos bocas.
La noche perdura en los ojos,
que saben todas las horas idas.
Hay azules por todo tu cuerpo,
hay albas pasados que renacen de tus manos,
hay confusiones de eras por toda la habitación
que se expande y se transforma
en toda historia pasada
que nunca ocurrió
o sí.
Cosmogonía
nacida de los latidos
los cinco sentidoslosinfinitossentidos
en su púrpura rincón
donde
antes
vacío.
Los Mares Lúcidos
En los brazos la geometría de las paredes del más allá;
en el agua
los triángulos sagrados de la inconsciencia
de no saber y sentir
en el exacto opuesto
en el equilibrio
de la marea
las madres de toda soledad
en la playa de mármoles rotos,
por los años,
los amores, las plantas que siempre,
los antiguos palacios
que siempre caen
y el tiempo
del verde de lo que queda de vida.
Los mares despertaron
con el alba roja sobre su seno,
sobre su llanto de pura vida,
su secreto de las exactas mareas,
exactos nombres por cada cosa cada vez
que toca otra
y busca la armonía
en el fondo
de sus ojos de agua
con el color
que alguna mirada le deje caer.
en el agua
los triángulos sagrados de la inconsciencia
de no saber y sentir
en el exacto opuesto
en el equilibrio
de la marea
las madres de toda soledad
en la playa de mármoles rotos,
por los años,
los amores, las plantas que siempre,
los antiguos palacios
que siempre caen
y el tiempo
del verde de lo que queda de vida.
Los mares despertaron
con el alba roja sobre su seno,
sobre su llanto de pura vida,
su secreto de las exactas mareas,
exactos nombres por cada cosa cada vez
que toca otra
y busca la armonía
en el fondo
de sus ojos de agua
con el color
que alguna mirada le deje caer.
Las Tardes Quebradas
Sombras
que se agrandan
que comen calles
que muerden puertas
contrapunto de los ojos
luz ida
luz que nunca llegó, al fin y al cabo.
Cicatrices del aire
en los respiros,
los cuchillos del hielo
que no existe, que nunca fue,
que una sombra erige
desde las luces errantes,
las aves perdidas del éxodo,
los soles dibujados
en la frente de las cosas
esperando vibrar
pero el ruido
y los estallidos
y los
que
no
saben
entre dos vibraciones que se persiguen
que se alcanzan
en la desnudez
en el error
en los lenguajes de la ceguera.
entre dos vibraciones que se persiguen
que se alcanzan
en la desnudez
en el error
en los lenguajes de la ceguera.
Las Intermitencias
El pulso de la voz
d e s a r m á n do se
,hilo roto
de los posibles finales
y reencuentros de días perdidos en la ventana,
viendo el sinsentido de las hojas
con los ojos equivocados
de la noche que devora,
del día que teme;
el cúmulo del instante
sobre sí mismo
aplastándose, cerrándose,
atrapándose,
con todos los pinceles de la aurora
del día desnudo
que se nos va tan rápido
y sólo la aurora,
en el borde de los ojos
cayendo por la boca
por los brazos
por las manos
por las piernas
por los pies
por todo los intermedios
que el tiempo no sabe tocar
y no nos dice nada.
d e s a r m á n do se
,hilo roto
de los posibles finales
y reencuentros de días perdidos en la ventana,
viendo el sinsentido de las hojas
con los ojos equivocados
de la noche que devora,
del día que teme;
el cúmulo del instante
sobre sí mismo
aplastándose, cerrándose,
atrapándose,
con todos los pinceles de la aurora
del día desnudo
que se nos va tan rápido
y sólo la aurora,
en el borde de los ojos
cayendo por la boca
por los brazos
por las manos
por las piernas
por los pies
por todo los intermedios
que el tiempo no sabe tocar
y no nos dice nada.
martes, 7 de agosto de 2012
Los Distantes
Distantes
dos caminan solos en un mundo
donde nadie más hay.
Un mundo azul por el día,
de un rojo por las noches,
donde hay dos personas que caminan
una lejos
de la
otra.
Los distantes no saben su historia familiar
o la olvidaron
o la borraron
escribiendo en la arena
de una playa imaginada,
frágil,
como una plegaria rota.
Hay una dimensión entre el día y la noche y los mundos,
hay incontables carreras por el vacío del desencuentro,
hay dos,
unoriente y unoccidente que, algún día,
cruzarán sus almas.
Hay un mundo
para cada arista de los otoños idos.
dos caminan solos en un mundo
donde nadie más hay.
Un mundo azul por el día,
de un rojo por las noches,
donde hay dos personas que caminan
una lejos
de la
otra.
Los distantes no saben su historia familiar
o la olvidaron
o la borraron
escribiendo en la arena
de una playa imaginada,
frágil,
como una plegaria rota.
Hay una dimensión entre el día y la noche y los mundos,
hay incontables carreras por el vacío del desencuentro,
hay dos,
unoriente y unoccidente que, algún día,
cruzarán sus almas.
Hay un mundo
para cada arista de los otoños idos.
domingo, 5 de agosto de 2012
Dos Extremos
Las dos tormentas
más lejanas,
las vibraciones eléctricas
de la inconsciencia del cuerpo;
soltándonos
en el mar sangriento,
en todas las batallas perdidas,
en todos los tiempos inciertos,
en todas las dudas,
las pequeñeces, nuestras vidas,
los vacíos inmensos
y la otra parte un poco,
un rato
tu rojo intenso de boca a mi boca
tu ilimitado pelo
desarmándose en el aire, con el aire;
el infinito
son las trazas de esta incertidumbre
de los desmayos sobre este cuerpo ajeno,
este cuerpo sabido
en aquella luna, en aquel mar
los cuerpos nombrados con el error
de los días en la tierra
en el silencio de las multitudes.
más lejanas,
las vibraciones eléctricas
de la inconsciencia del cuerpo;
soltándonos
en el mar sangriento,
en todas las batallas perdidas,
en todos los tiempos inciertos,
en todas las dudas,
las pequeñeces, nuestras vidas,
los vacíos inmensos
y la otra parte un poco,
un rato
tu rojo intenso de boca a mi boca
tu ilimitado pelo
desarmándose en el aire, con el aire;
el infinito
son las trazas de esta incertidumbre
de los desmayos sobre este cuerpo ajeno,
este cuerpo sabido
en aquella luna, en aquel mar
los cuerpos nombrados con el error
de los días en la tierra
en el silencio de las multitudes.
jueves, 2 de agosto de 2012
Mañanas Posibles
I Recién
Apenas sé por la luz que viene de afuera
qué hora es
y el reloj dice la verdad.
A menos que
de un momento
todas esas cosas nos equivoquen;
todas esas cosas,
desordenándose frente a nosotros,
mezclándose,
nos digan que simplemente les creamos
que nos dediquemos a nuestros quehaceres fértiles
que ellos se van a encargar
de nuestra ignorancia del tiempo y la luz.
II Notas de una mañana perdida
Ojos
LUZ
y la habitación conocida
apaciguada de todos los fuegos,
extraña de tan clara,
vacía de rara
de no recordar
y siempre no recordar.
Oído
Los planes de ayer desaparecieron
con esta lucidez de este despertar;
se fueron, simplemente.
Nos robaron.
¿Pero quién o qué?
Espalda
Palidecer, estirar el cuerpo
sin desear estirarlo;
relajar las espalda
sin pensar en que eso vale la pena.
Boca
Ya no necesito llamar,
no tengo la fuerza conseguida anoche
el sueño arrebató mis manos
¿Pero qué son esos sueños? Del dormir,
del no creer en las viejas palabras un poco
pero su peso es gigante y ata, aunque no le creamos,
ata las cegueras de los ambulantes
los que no saben donde ir y se paran en el frío como si debieran,
insomnes
te cuento, quizás
pero esta comodidad nos hace aún más débiles.
Hígado
No voy a decir nada
hay silencios que me hacen un poco más alto, quizás,
pero los que escuchan esos silencios son pocos o yo mismo,
en la deriva del tiempo, cuando el futuro me haya devorado,
pero
voy a mantener este silencio particular de los héroes, de los santos,
del castigo que abrazo con toda mi fuerza de piedra,
de desnudez de no importarme
como si alguien lo viera más que yo
pero en fin,
tengo que juzgarme al final
y dejar algún sentido.
Apenas sé por la luz que viene de afuera
qué hora es
y el reloj dice la verdad.
A menos que
de un momento
todas esas cosas nos equivoquen;
todas esas cosas,
desordenándose frente a nosotros,
mezclándose,
nos digan que simplemente les creamos
que nos dediquemos a nuestros quehaceres fértiles
que ellos se van a encargar
de nuestra ignorancia del tiempo y la luz.
II Notas de una mañana perdida
Ojos
LUZ
y la habitación conocida
apaciguada de todos los fuegos,
extraña de tan clara,
vacía de rara
de no recordar
y siempre no recordar.
Oído
Los planes de ayer desaparecieron
con esta lucidez de este despertar;
se fueron, simplemente.
Nos robaron.
¿Pero quién o qué?
Espalda
Palidecer, estirar el cuerpo
sin desear estirarlo;
relajar las espalda
sin pensar en que eso vale la pena.
Boca
Ya no necesito llamar,
no tengo la fuerza conseguida anoche
el sueño arrebató mis manos
¿Pero qué son esos sueños? Del dormir,
del no creer en las viejas palabras un poco
pero su peso es gigante y ata, aunque no le creamos,
ata las cegueras de los ambulantes
los que no saben donde ir y se paran en el frío como si debieran,
insomnes
te cuento, quizás
pero esta comodidad nos hace aún más débiles.
Hígado
No voy a decir nada
hay silencios que me hacen un poco más alto, quizás,
pero los que escuchan esos silencios son pocos o yo mismo,
en la deriva del tiempo, cuando el futuro me haya devorado,
pero
voy a mantener este silencio particular de los héroes, de los santos,
del castigo que abrazo con toda mi fuerza de piedra,
de desnudez de no importarme
como si alguien lo viera más que yo
pero en fin,
tengo que juzgarme al final
y dejar algún sentido.
miércoles, 1 de agosto de 2012
Atmósfera
Lengua naciente del mar madre,
una mañana ámbar cálida,
una mañana primera de la sal y la miel
entrecruzadas las hélices de posibilidades
entre dos dimensiones en el preciso instante de romperse
una sobre otra
y volcar las incandescencias
a un vacío que quién sabe;
misterios rotos de los bordes de las orillas.
Una danza espectral
de una flor una noche anterior,
de una luna agotada cruzando nuestro desvelo,
una danza
de un día antiguo
predicho en los bordes de las manos
que labran esta tierra
que sangran esta mañana
con las lágrimas que los dioses nunca supieron.
Lengua naciente del mar.
La madre
allá lejos,
al inicio de esta larga marcha.
una mañana ámbar cálida,
una mañana primera de la sal y la miel
entrecruzadas las hélices de posibilidades
entre dos dimensiones en el preciso instante de romperse
una sobre otra
y volcar las incandescencias
a un vacío que quién sabe;
misterios rotos de los bordes de las orillas.
Una danza espectral
de una flor una noche anterior,
de una luna agotada cruzando nuestro desvelo,
una danza
de un día antiguo
predicho en los bordes de las manos
que labran esta tierra
que sangran esta mañana
con las lágrimas que los dioses nunca supieron.
Lengua naciente del mar.
La madre
allá lejos,
al inicio de esta larga marcha.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)