polvoriento en el bar somnoliento
¡Y tan tarde!
que el mediodía se había desvanecido
y ni rastro en la ventana.
Y ella con su paraguas
aunque el sol quimérico
ella con su paraguas
y el no esperarnos
y solo ver hacia atrás
de golpe vinimos a existir
en este diminuto espacio de dos
congelando las dinastías enteras de gente
por la simpleza del tiempo
dormido en tus brazos
silencio al tiempo
y la gravedad se fue
con los ojos
en la nueva víspera.
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