I
Por esos días arenososel vértigo se desactivó
y ya nadie podía alcanzar el suelo
tan rectos a las rocas moldeadas
nunca desde el mismo suelo
los airosos
son los que mienten
y están con las cintas
dorando etéreo
así, puntiagudo hielo,
dinamizando la rueda,
alimentando los celestes.
II
Y la arena en el color es día hallado,
los mercaderes siempre tan viejos los fuimos
con su eternidad de oriente
de mil y una noches y diversas formas
de alargar los sentires.
¡Oriente!
Al fin
decepciono a mi imaginería
que tu sangre es amarilla
tu sangre es sol
tu todo es sol.
Alguien hundió sus mejillas en una nube bajo el agua...
Y sostenía su dibujo de después,
tan irregular
que intentaba sostener las formas
intentando la cuadratura,
la simpleza de nuestras búsquedas
de tanto oxidente.
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