El cantar de mis sombras,
posicionándose al doble de mis axiomas
del ayer,
batallada tanta la hierba del insomnio;
el cantar
del unísono del uno
que rota a mil veces los pájaros,
simple cantar
que sobredimensiona las espaldas
por la cosecha mayestática
que adscribe a mi sangre nueva
naciendo mental
a siempre el ahora
por todo mi ayer
de incomprensión
y frágil estadía de pies
que ahora
atraviesan la tierra
y la mitad
ya no es.
domingo, 31 de julio de 2011
martes, 26 de julio de 2011
Subís la escalera
Queda el perfume indeciso
con tu ausencia y mi huida
o todo al revés
y cruzás la puerta
llena del sueño de todo el día,
vacía de los quehaceres
de la noche
que ya no importan.
Los escalones se desarman
a tus pies tan ciertos
y observo
la decadencia de lo que te rodea
por tan blanca tu ropa
tan lúcidas tus maneras
que aunque no te des cuenta
que aunque te des cuenta
en las dos vertientes
de tus cosas llenas de átomos
te vas
y no
por el perfume
que alarga tu estancia
en mi desvelo
en mi toda esta vida.
jueves, 21 de julio de 2011
Copas
Si, esta noche
es el adiós del hola mismo
porque sé que cuando se termine
todo esto,
cuando nos quedemos el uno y el otro
a solas con el adiós
y las mismas decepciones blancas
sé que voy a intentar asirte
por algún lado de tu centro
y así sabré
que es el adiós
o el simple hola.
Proximidad tanta
Hay algo que,
entre siempre y nunca,
estuvo entre los dos;
como oxidado inquieto
naciendo de esa noche
(perlada)
(somnolienta)
como tu boca.
Ab aeterno
IV
saturnina ventura,
a vientos clamando el átomo
de la roca, de la montaña
y todos los intervalos del quiebre.
III
Que poderoso es el desierto
sobretodo destino de hombre,
enmarañado al tiempo de futuros inconexos,
desierto al tiempo,
tiempo al hombre y ya no estar.
I
Si el desierto es negro
el cuervo es blanco.
II
Estamos todos yendo al equinoccio
en el casi lumínico día,
reunión del sol
y una hoja de alma,
dulcemente de pena;
el pájaro abandonado
que aún su poca voz
de dos días a sonatas
en el agua con tu égida.
Pájaros

¿Adónde fueron los pájaros?
Tan a solo a día,
canción de ayer,
y alas
ya nada,
por lo seco de mi boca
y los amarillos destiñéndose;
el mundo desvistiéndose
¿Porque es la hora del sueño?
Porque es la hora del exilio de alguien
y hoy hablé con un pájaro
¡Justo hoy!
Solo dijo sí,
aunque no había preguntado nada.
El exilio de los pájaros
el engaño del eco tardío
que nos adormeció la siesta
y en la noche, al día
y ahora,
vago tibio hola de cenizas.
El fuego
se secó.
martes, 12 de julio de 2011
Perfume
Un perfume puede salvarte
en tus horas de apuro
por ser galáctico tanto.
Un perfume
puede redimir
un planeta entero.
Por tus manos,
heroicas,
al más allá de tocar
los átomos
de las cosas todas.
Un perfume
puede
redimensionar
todos tus sentidos
al límite
de confundir el nacimiento
con las sonatas crepusculares
en la soledad
de imaginarla silbando
la melodía
y el perfume mismo.
Un perfume
puede encender tu inquietud,
de preguntas
y lumínicas respuestas
si sabés encontrarlas.
domingo, 10 de julio de 2011
Una
Lo dulce límite
en la imposibilidad de tu cintura
me platea las manos
en la imposibilidad de tu cintura
me platea las manos
al lunar ser de incongruencias
y pocas ciertas sabidurías
en la tanta barba gastada
en tanta ventana que escapa.
lunes, 4 de julio de 2011
Nunca
Las casualidades,
a sus alas y antojos,
pudieran desarmar
esta cadena de quehaceres fríos,
en el completo intento de abandonar,
por tan piel y tan díada,
el reverso del siempre,
sonoro,
que besa lánguidamente esta promesa...
Los perdones
Cielo rosa de golpe
el telón roto de tan veloz el color
y la isla,
caída a tierra.
Hay un árbol
y un vestido colgando de el.
Tanta fue mi ausencia
que el sueño vociferó las amarras
tan fuerte
que se escaparon los pájaros
mientras el exilio blanco
andaba verdes desiertos.
Las cuerdas rotas,
diseminadas,
con la vieja canción,
soplaron frío
para estas manos
que perdieron su arcilla
en lo profundo de todas las mañanas.
Ítaca está más lejos aún,
el hemisferio mareado
cambió el aire
para tus confusiones cotidianas
y ya no llegues
que tu alma se quedó
y tiene tu trono.
Juicios
Tonante azul violáceo
por una madera al infinito arriba
que ni veo la boca que profiere
la tonante mezquindad de los dones
y en el estrado de a cientos
sacuden sus barbas y sanan sus bebidas
con los encantos robados a quién sabe
pues su cara es de respuestas
y ninguna pregunta tiene alas.
El has a todo,
el has de yo y las inmundicias
de a verdes rozando mis pies,
de descalzo y el frío arañando
con mil lanzas la carne
y las voces tronadoras
invisibles a mi piel,
a la inclemencia del ausente presente
y el futuro desandado del ya
y ahora
un hereje lastimado por el futuro
de los inéditos pasados
que se esculpen a cuchillos
y la tirantez
asesinando el presente
que huye a algún nuevo tiempo
pero tiempo
ya no hay.
Silencios
De sonoro
a amarillo
en los intervalos
de las respiraciones
de todos a la vez.
Sonoridad vigente
por las rejas,
aferrada,
cansada
en desmayo
y la puerta
solo tiene el otro lado.
Sonoridad,
testigo del grito
que sonora lejano
que se apaga
en los ceniceros de todos,
a la vez.
sábado, 2 de julio de 2011
Horas
Atareado de relojes
a horar las redes
somnolientas de rayo
fui, seré,
almidonando
los pesares
con la almohada tibia
de los otoños juntos.
viernes, 1 de julio de 2011
La dama en la tarde
Tan tarde el reloj
polvoriento en el bar somnoliento
¡Y tan tarde!
que el mediodía se había desvanecido
y ni rastro en la ventana.
Y ella con su paraguas
aunque el sol quimérico
ella con su paraguas
y el no esperarnos
y solo ver hacia atrás
de golpe vinimos a existir
en este diminuto espacio de dos
congelando las dinastías enteras de gente
por la simpleza del tiempo
dormido en tus brazos
silencio al tiempo
y la gravedad se fue
con los ojos
en la nueva víspera.
Sonata de los huesos
Arpías arañando
las alas
soltando
quejas sonoras
a la inmundicia
del espejo
y los revés.
Piedra sobre piedra
por diagramas
que tenían aéreo negro
de saltos de azul
piedra
sobre tierra
huesos
que no reían
al final.
Impiedades de los dibujos
I
Por esos días arenososel vértigo se desactivó
y ya nadie podía alcanzar el suelo
tan rectos a las rocas moldeadas
nunca desde el mismo suelo
los airosos
son los que mienten
y están con las cintas
dorando etéreo
así, puntiagudo hielo,
dinamizando la rueda,
alimentando los celestes.
II
Y la arena en el color es día hallado,
los mercaderes siempre tan viejos los fuimos
con su eternidad de oriente
de mil y una noches y diversas formas
de alargar los sentires.
¡Oriente!
Al fin
decepciono a mi imaginería
que tu sangre es amarilla
tu sangre es sol
tu todo es sol.
Alguien hundió sus mejillas en una nube bajo el agua...
Y sostenía su dibujo de después,
tan irregular
que intentaba sostener las formas
intentando la cuadratura,
la simpleza de nuestras búsquedas
de tanto oxidente.
Resurrección de los fieles
A la causa hizo el amarillo
por tantos ojos pálidos
durmientes soleados
¡amnistía para las creencias!
Yo bien lo supe,
queridos postrados
y heridos de solo mantas
y hielo en las yemas,
yo bien lo supe,
cuando los quisieron asustar
aquella vez, recuerdo,
alarmado de sus demoras
en las tareas amarillas de ese día,
alarmado
y tan hueca su arcilla
ese día, ese día
los dejé a mi miel invisible
entre los átomos espectros de mi mente
fieles a una idea
tan vaga que aún no sabrán
(y ya no, no más),
no sabrán que una idea
dura
lo que este viento
que ya...
Resurrección de los cálidos
Escuchaste la normativa, hombre tierra
a siestar las indulgencias
que se apaga lo santo
para tu nieve y sombra,
hélade,
sombra no existe
adalid los vientos,
por esta vez,
tan sombrío señor
que aún sabemos
de tu amnistía
que por lo aérea se sabe sola
entre los demases idóneos
a estas filas,
a estas huestes...
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