domingo, 5 de diciembre de 2010

Tarde

Pliego la tarde
a un cartón irregular
y me mancho con su tinta
plena de pájaros adormecidos.

Guardo el pliegue en el bolsillo
lo escondo, lo trituro, lo bebo
soy impaciente
ninguna tarde se me va a escapar.

Cuando vengan
en los eones desolados, los hombres grises,
sacaré mi sangre de celestes y naranjas
y rojos y rosados
y otros más,
sacaré mi sangre para que vean
todo lo que guardo
de mis interminables ausencias.

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