viernes, 8 de marzo de 2013

Dagas

Filos oscuros
de la noche, larga noche
de brazos de árbol
en la negra brisa
de la eterna noche, siempre noche
que nos vence
en la ventana
(cuando la calle la cruzan faros sin sentido)
en la silla
en la hora
de aún estamos acá

en la ciudad de la nada
en el cemento tibio del otoño,
único consuelo,
de la muerte de las tardes
y los años

y las manos
que no saben dibujar.

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