miércoles, 25 de agosto de 2010

Uno


Se empieza por el uno
para cada lugar
para cada célula
y en el fondo está el espejo
expectante de los cien más espejos
y de los espejos miles
esperando en el techo

y la habitación se abrió para nuestro círculo
círculo piedra rozando el sol y rozando más
y se repitió en los ladrillos
al preguntar
el nombre los espejos
cuando tantos cristales caen afuera

tantos tantos cristales oimos en el quiebre hierba
alzados por el rocío invisible
que de tanto que extrañamos al acariciar la pared.

La habitación se extasía hacia abajo
del centro, del trono inexistente
al que un día alcanzaremos el fuego

porque

se empieza por el uno
y la paz está al final
antes del recuento.

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