Una ola
allá donde las habían olvidado.
Una ola mujer,
un pájaro de agua,
se sienta en la orilla
y espera.
Entona una melodía
con la voz apenas
y espera.
Y la pierdo,
mi tiempo se deshace con su sonido
y la arena,
con la sal adormilada sobre los ojos.
Se esfuma,
se disipa,
se vuelve ave,
lejana,
irreal,
se vuelve nube,
viento,
ola,
y sus pies vuelven a pisar su propia huella
en la melodía,
otra vez.
Nadie sabe qué espera
pero sí que nuestro tiempo
no puede tocarla.
Y su playa siempre es blanca.
martes, 5 de febrero de 2013
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