I
Soy la montañaque se duerme
y un pájaro me roba una roca,
entonces,
parece que la cumbre es innecesaria
ya perdida la porción del paisaje
de tu sueño, tu vigilia,
tus momentos diáfanos;
tu pelo pesa,
la lluvia dice palabras extrañas
pero no te toca.
Soy la montaña de ojos
pero tanto sol quizás
no deja ver tanto;
tus manos toman la tierra
que se escapa, se suelta sola,
a tapar el vacío,
que la montaña está llena de viento
y puede
alejarte.
II
Soy el silencio de tu boca
tu puerta cerrada
tus sábanas en el suelo
tu NO
vibrante,
tu no,
cierto hasta cerrar los ojos
y olvidar tanto que las cosas existen
que corrés con todo lo que te queda
por un no,
y las cosas caen
de tu prisa
de tu boca callada
inalcanzable al beso
inaudible al oído
tu boca
que decide la hora.
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