sábado, 13 de agosto de 2011

Perdedor hermoso

I
A sabiendas del violeta
incierto, fulgurando
a destajo de los armarios inconclusos;
a sabiendas del recorte
diamantino de la imagen
puedo verte bailar
diluyendo
la noche
a mis ausencias
y mis glorias ajenas.

Soy estatua hoy,
repitiendo un pasado
de grandes músicas
y silenciosos varios hoy
de sibilino encanto
el perdedor hermoso
que se duerme en tu puerta.

II
La residencia en tu ventana imaginada
y los pájaros del día más claro

tan sueltas las manos
y el viento despeinando las ideas.

Soñé las incongruencias de tus días
solo comprensibles
a la luz de mi vejez
tan tardía
que secreta
y la luz de la vela
que dejé hasta el límite
intentando que no

que ya no se detenga.

III
La lírica bucólica se desprende
de mi mar
de otoños inconexos
de amarillos dispersos
en rejuntes galácticos
de simples posibilidades

por una puerta
que toqué
y el tiempo no quiso
dejarme ver el rostro
del saludo
o del no estoy.

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