jueves, 4 de noviembre de 2010

Luces, árboles y sombras

Caminamos bajo las sombras luchando dulcemente con el sol;
los árboles llovían esa dulce lucha para nuestros brazos
en el unísono de la mirada
del todo en el lugar, corriéndose un poco para bailar
sutil, como ese baile que nadie sabe exacto
que ya lo perdió buscando cuantificarlo
y animarlo de extravagancias, aumentando la llama
que los árboles esconden tan tibiamente.

No hay fuerza que empuje ese baile;
no hay cielo que no conozca la circulación de las almas;
ese baile, rotura sutil de la luz,
descansando sobre la sombra;
ese baile que nos dejaba
con la miel de la mirada
y la primavera solucionando
el sentido de la estadía
por tu brazo y por el mío.

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