lunes, 5 de marzo de 2012

Los asesinos

El alma en espiral
por las manos

(en medio de la noche del desierto)

el fuego crepitando de los silencios
y los aprendices que pueden morir ahora
frente a las manos del alma negra
que se escapa y busca las vidas,
los amaneceres de los muertos
que aún añoran,
que se llevan átomos al límite
de todas estas cosas que son días y noches
la experiencia carne y sol,

los aprendices caen en el sortilegio
y danzan humeantes, descalzos,
los pies quemados por las brasas,
los sonámbulos que saludan al brujo
que reformula su misticismo
con sus muertes
su quedar en las garras de las águilas
que durante el día
no sabrán de hechizos
sino de historias repetidas.

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