
Clotho me despertó una mañana
para enseñarme la lluvia
y me hizo equivocarme
para caer en las garras de su hermana.
Aún me veo, niño,
mendigando respuestas al miedo
y el saberse pintado por los hados
en todo el cuerpo,
de toda la sombra.
Crecí.
Rompí las cadenas de la armonía
para volver a unirlas algún día,
secretamente,
bajo los cadáveres de las parcas;
pero esas muertes
suenan a negro
y ahuyentan tu lumínico ser
lejos de este oscuro hombre ya
que devoró cada oscuridad
para guardárselas
y que no te toquen jamás.