viernes, 22 de junio de 2012

Sedas de la Deshora Solar

El trigo repite toda la mañana
por sí misma y por los aires
llenos del resplandor de la deshora,
llenos de la pérdida de una nube en el tiempo,
repletos de cofradías aladas

de todas las promesas
formadas
en esta orilla de aquellas olas.

El sol en las inclinaciones de los cielos indecisos
forma sus ansias en cada mirada,
en cada viento sobre tu rostro,
en cada segundo de tu boca
dividiéndose por la distancia.

El sol fuera de nuestras horas,
exacto tiempo de la ausencia de los quehaceres grises
en esta vibración,
esta nota musical,
del trigo,
del sol,
y del viento,
desde las dos miradas,
bajo las nubes heridas de la no tarde,
no noche,
no día

una danza
y las oriflamas de las voces exiliadas.

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