I Recién
Apenas sé por la luz que viene de afuera
qué hora es
y el reloj dice la verdad.
A menos que
de un momento
todas esas cosas nos equivoquen;
todas esas cosas,
desordenándose frente a nosotros,
mezclándose,
nos digan que simplemente les creamos
que nos dediquemos a nuestros quehaceres fértiles
que ellos se van a encargar
de nuestra ignorancia del tiempo y la luz.
II Notas de una mañana perdida
Ojos
LUZ
y la habitación conocida
apaciguada de todos los fuegos,
extraña de tan clara,
vacía de rara
de no recordar
y siempre no recordar.
Oído
Los planes de ayer desaparecieron
con esta lucidez de este despertar;
se fueron, simplemente.
Nos robaron.
¿Pero quién o qué?
Espalda
Palidecer, estirar el cuerpo
sin desear estirarlo;
relajar las espalda
sin pensar en que eso vale la pena.
Boca
Ya no necesito llamar,
no tengo la fuerza conseguida anoche
el sueño arrebató mis manos
¿Pero qué son esos sueños? Del dormir,
del no creer en las viejas palabras un poco
pero su peso es gigante y ata, aunque no le creamos,
ata las cegueras de los ambulantes
los que no saben donde ir y se paran en el frío como si debieran,
insomnes
te cuento, quizás
pero esta comodidad nos hace aún más débiles.
Hígado
No voy a decir nada
hay silencios que me hacen un poco más alto, quizás,
pero los que escuchan esos silencios son pocos o yo mismo,
en la deriva del tiempo, cuando el futuro me haya devorado,
pero
voy a mantener este silencio particular de los héroes, de los santos,
del castigo que abrazo con toda mi fuerza de piedra,
de desnudez de no importarme
como si alguien lo viera más que yo
pero en fin,
tengo que juzgarme al final
y dejar algún sentido.
jueves, 2 de agosto de 2012
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